La primera vez que escuché a Rodolfo hablar fue en 2015. Lo entrevistaba Vicky Dávila, cuando trabajaba en La W. Lo trató como un loquito que quería ser alcalde. Si Rodolfo ahora nos parece disparatado, sin sus asesores, lo era aún más.
Rodolfo en esa entrevista dijo que le daría una cámara de video a las personas que le enviaran vídeos de corrupción, para que siguieran grabando y ejerciendo control social. Vicky se burló, pero yo lo tomé en serio. Le envié unos vídeos de corrupción y le dije que quedaba atento para la cámara; nunca respondió y creo que no lo hizo con nadie. Un mes más tarde Rodolfo daba la sorpresa y era elegido alcalde de Bucaramanga, derrotando a sus antiguos amigos, los politiqueros. Mi primer voto fue por él.
Rodolfo fue elegido en Bucaramanga por dos razones básicas. Primero, porque las anteriores administraciones habían sido tan nefastas y corruptas que para los bumangueses era imposible escupir sin sentir mal sabor de boca. Segundo, porque como Rodolfo lo ha sabido toda su vida, tiene la suficiente plata y poder para hacer lo que quiera, para pasar por encima del que sea.
¿Cómo llegó Rodolfo a donde llegó? Más allá de la "romántica" historia de que su mamá le dio un cachetadón en el colegio que lo puso a sorber sangre y lágrimas, para decirle que debía trabajar duro y ahorrar, está la otra historia.
Cuando uno habla con votantes de Rodolfo se destacan dos cosas. Su discurso, pues dice la verdad sin pelos en la lengua. Y que algo bueno debió haber hecho como empresario y administrador, para amasar 100 millones de dólares. No hay que ser ingenuos. Una persona puede volverse rica mediante el trabajo duro, pero también a través de practicas reprochables como la usura, la estafa, coctelear con políticos o mediante competencia desleal y allí no habrá mucha virtud
¿O sí? En realidad, Rodolfo llegó a donde llegó por la filosofía heredada de su abuela de hacerse ricos con los pobres, pues son muchos y se gastan todo lo del mes. No lo digo yo, el mismo lo dice: “el mejor negocio es tener pobres con capacidad de consumo”, “tener un hombrecito pagando intereses a 15 años es una delicia”. Esta historia empieza en el 2005, pero retrocederá a los 70, 90 y luego volverá al presente. Prometo ser breve; trataré de ser claro.
En 2005, por los barrios de Bucaramanga aparecieron unas vallas que decían “¿Sabe usted que es la tierra prometida?” junto a un logo de HyG Construcciones, la empresa de Rodolfo. Era un proyecto urbanístico dirigido a los nadie, los sin casa, los pobres. Le prometían tener un lote con servicios, que después sería casa, en Piedecuesta, pagando 100 cuotas de cien mil pesos. Pero ¿qué pasaba si usted pagaba esas 100 cuotas en 2, por ejemplo?
Nada, HyG Construcciones no le construiría su casa porque debía esperar que todos los beneficiarios del proyecto pagaran sus cuotas. Si usted iba a hablar con Rodolfo, probablemente se llevaba una insultada de las que él sabe dar. Era una estafa y así lo reconoció un Juez de la República, quien le ordenó a Rodolfo devolver la plata. Qué delicia es tener a un hombrecito pagando intereses a 15 años, pero esta vez no funcionó.
El Ingeniero Hernández ha reconocido públicamente dos cosas. Que su público como constructor son los pobres y que el vendía lotes con servicios a 100 millones; que esto era un atraco, en sus propias palabras. No deja de llamar la atención que Rodolfo haya prometido 20.000 casas para pobres cuando hacía campaña en Bucaramanga. Luego dijo que eran 20.000 lotes con servicios ¿Cuántos entregó? Ninguno. Nuevamente logró su propósito, gracias a los pobres.
Vayamos al pasado. Son los 70 y un empresario en ascenso, que se asoció con otros dos, está urbanizando Piedecuesta. Por eso, sus amigos del Partido Liberal le piden que se lance al Concejo y así lo hace, pero no sabemos si gana o ejerce, solo sabemos que lo hace por petición de sus amigos, los politiqueros. Pasa el tiempo y Rodolfo vive en Barcelona y París, con un gusto exquisito y amante del arte, la buena comida y el lujo. Llegan los 90 y Rodolfo nuevamente se lanza al Concejo de Piedecuesta ¿por petición de sus amigos del Partido Liberal? No sabemos. Lo que si sabemos es que Rodolfo sale destituido por corrupto, pues pretendió impulsar a través de su suplente un acuerdo municipal que permitiera a las constructoras pagar sus impuestos con obras, siendo HyG la constructora más grande de Piedecuesta. Usar el poder público para beneficio personal; esa es la definición de corrupción.
Pasa el tiempo y Rodolfo Hernández sigue amasando su fortuna. Es un tipo audaz, con buen sentido del humor, simpático si se quiere. Bueno para coctelear con los politiqueros que hoy en día tanto crítica. Hace viviendas de interés social y de interés prioritario, destinadas a pobres, su mercado. Algunas de esas viviendas con denuncias por omisión de requisitos que llevaron a inundaciones. Financia unas cuantas campañas de politiqueros y llega uno, que era su amigo, Lucho Bohórquez, y lo traiciona. Rodolfo mismo ha dicho que lo traicionó, pero ¿A qué se referirá con eso? ¿Cómo un alcalde traiciona a un empresario? Piensa mal y acertarás. Aquí el patriarca, el hombre orgulloso, decide lanzarse a la alcaldía y lo logra.
Llegamos a la alcaldía. Si está cansado, tome aire: lo que viene es importante. Rodolfo si saneó las finanzas, porque bueno, todos los antecesores habían robado tanto, que con uno que no robara mucho y redujera el gasto público, los números quedaban en verde. Valiente gracia, si luego va a intentar pensionar al hijo con un torcido. Créanme, he visto muchos casos de corrupción de todos los colores y sabores, pero nunca un torcido a 30 años. Su proceso penal por corrupción, que va para juicio, está plagado de un sinnúmero de correos y audios donde se prueba que Rodolfo quiso amarrar una consultoría y posteriormente un contrato de manejo de basuras de 500.000 millones de pesos, para beneficiar a su hijo.
Justamente, por su deseo de que el chanchullo se diera, Rodolfo sacó lo peor de sí mismo, que tal vez siempre lo fue, pero hasta ahora tenemos pruebas ¿Cuánto habrán aguantado sus empleados antes de decidirse a grabarlo? Rodolfo violentó, acosó, insultó, amenazó, despidió y humilló a los empleados que se opusieron a su deseo de pensionar al hijo con un torcido.
Hernández salió de la alcaldía con una imagen favorable. La estiercolera que dejaron sus antecesores lo benefició. No tuvo que amarrar contratos ni vender puestos, pues su fortuna ya la había hecho, vendiendo lotes caros a pobres. Solo intentó amarrar un contratico de 500.000 millones, pero le salió mal. No cumplió sus promesas de campaña y la pobreza se duplicó en Bucaramanga. Pero bueno, habló fuerte y sin pelos en la lengua, le pegó a un concejal y se catapultó políticamente.
Hoy, Rodolfo está cerca de ser Presidente de Colombia, a punta de un discurso ultra simplificado, videos de Tik Tok y de huirle a los debates. Después de este relato, sabemos, con pruebas, que la ética empresarial de Rodolfo fue atracar a los pobres con lotes con servicios, como él mismo lo dijo.
También sabemos que, en sus dos apariciones públicas, ha tenido escándalos de corrupción. También que durante 70 años nunca hizo activismo anticorrupción, sino que fue amigo de los politiqueros y que nunca se interesó por nadie más que él, como dijo su hermano. Sabemos que, si no llega a ser presidente, probablemente será condenado por corrupción. Que acosó y maltrató a sus empleados. Que desconoce el manejo del Estado.
Que nunca ha sido antiuribista y que la política tradicional se alineó con él. Y sabemos, porque la razón y el corazón nos lo dice, que no es el presidente que Colombia se merece.
