El peso político de Samuel Moreno, como heredero de la Anapo, el movimiento fundado por su abuelo el general Rojas Pinilla y cuya fuerza le dio para llegar dos veces al Senado de la República y ser Alcalde Bogotá en el 2008, son asunto del pasado. Junto a él está solamente Nelson Alcalde, un viejo militante de la Anapo, amigo de La Capitana, quien con una lealtad a prueba de todo lo acompaña siempre en las audiencias. Aparece en el corredor de Paloquemao y lo atiende con cortesía.
Samuel Moreno es ahora un condenado solitario sin abogado de confianza, en manos del apoderado de turno que le determine la Defensoría pública.
Su figura representa muchos más años que los 59 que tiene y su abogado de siempre Mauricio Alarcón ya no puede asistirlo porque el Consejo Nacional de la Judicatura lo tiene fuera del escenario judicial. Samuel Moreno transmite un sentimiento inocultable de derrota y todas sus esperanzas las tiene puestas en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, donde aspira que los argumentos de su defensa pueda ser oídos con otros ojos, según él sin carga política y en el terreno de las pruebas judiciales.
Este viernes 22 de marzo atiende en una nueva audiencia las acusaciones de la Fiscalía por los delitos de concierto para delinquir y peculado por apropiación agravado en calidad de determinador en los contratos de la Calle 26. El contratista Andrés Jaramillo, presidente de Conalvias, quien asumió las obras, esta libre desde agosto del 2018, también fue acusado por la Fiscalía y su caso está en etapa de juicio.