Recorrer sus inolvidables calles, rodeadas de paredes blancas, testigos alegres y expectantes del desfile de estudiantes hacia la universidad, constituye un regreso a la fuente, a la meca del saber que fortalece el futuro e ilumina con sus rayos diversos escenarios de Colombia donde cada egresado da luz a la posteridad.
Hasta muy lejanas tierras ha llegado la convocatoria de la universidad y de la asociación de exalumnos, capítulo Bogotá, para reunirnos en el Tercer Encuentro Nacional de Egresados de la Universidad del Cauca, en Popayán. Gracias al empeño de las actuales directivas universitarias, encabezadas por su rector José Luis Diago Franco, se han fortalecido los esfuerzos de Asecauca Capítulo Bogotá —de su junta directiva con Carlos Manquillo como presidente— para reunir a los egresados, primero en la capital colombiana, en los dos años anteriores y este año en el hogar universitario para celebrar 192 años de gloriosa historia de nuestra alma máter.
Será un gran privilegio participar en el encuentro, disfrutar la celebración del nuevo aniversario y evocar historias gratas y despertar nuevas proyecciones, acatando así el llamado de la fuente que llenó de saberes nuestro intelecto y nos permite sobresalir en diversos campos de la ciencia y la humanística, a nivel nacional e internacional. Porque en muchos puntos de la geografía brillan los egresados llevando consigo el prestigio de la Universidad del Cauca, representado en el ejercicio exitoso e integral de diversas profesiones concluidas en el centro del saber y los valores que, un 27 de noviembre de 1827 el presidente de la república de Colombia, Francisco de Paula Santander, reconociera con el alto honor de Universidad al centro educativo que desde años anteriores alimentó el espíritu e intelecto de criollos y nativos.
Llegaremos al tercer encuentro de egresados revestidos de entusiasmo y esperanza, con la expectativa que todo encuentro representa y, lo más importante, a decirle a la Universidad del Cauca, a Popayán y al departamento del Cauca que estamos con ellos y con todo lo que representan, y a saludar y compartir con quienes evocamos la misma historia universitaria.
La red tejida en nuestra época estudiantil sigue vigente, visitar los claustros universitarios, transitar las calles de Popayán y respirar el aire fresco de la cordillera, con su volcán Puracé vigilante y el Macizo Colombiano, catalogado por la Unesco como reserva de la biósfera, estrella hídrica que lleva vida a gran parte de Colombia a través de los ríos Magdalena, Cauca, Patía, Putumayo y Caquetá, apreciar la vida de la costa Pacífica y la isla Gorgona, de los valles, bosques y montañas del departamento del Cauca, es recrear vivencias de estudiante agradecido. Ocasión, además, para expresar la gratitud por la amistad sentida y el cariño de sus habitantes, blancos, afrodescendientes e indígenas, amalgama de razas que con su actitud amable y respetuosa hacia el estudiante se ganaron el corazón de los profesionales que en la Universidad del Cauca nos formamos.