En una reunión convocada por el cerebro con el fin de lidiar con los pleitos y discusiones sobre quien era el órgano más importante del cuerpo, se dieron cita los ojos, la nariz y la boca.
En primer lugar, comenzaron los ojos diciendo: "Nosotros somos los más importantes, debido a que permitimos ver las cosas más bellas y feas de la vida. Además de eso, permitimos ver por donde transita el cuerpo y, no solo eso, ayudamos a conciliar el sueño. Sin mí el cuerpo estaría en total oscuridad, por lo tanto, soy el más cool y principal".
Prosiguió la boca comentando: "Soy la más bonita y genial debido a que sin mí el cuerpo no podría hablar, ni decir cosas bellas e interesantes. Además, por medio de mí se alimenta el cuerpo y se trasmite afecto. A la larga, sin mí el cuerpo estaría lleno de silencio".
Más adelante, continuó la nariz acotando: "Qué pena, señora boca, pero soy la más importante, sin mí la cara no tendría armonía, sin mí el cuerpo no podría respirar, sin mí no podría el cuerpo suspirar cuando está enamorado, sin mis tus pulmones estarían llenos de mucosidad".
Ya dicho todo esto, el cerebro tomó la palabra y afirmó lo siguiente: "Es muy cierto todo lo que han dicho. Tanto unos como otros son importantes y todos cumplen una función. Por ejemplo, tú, nariz, no puedes ser boca; ni tú, ojos, puedes ser nariz y viceversa. Veo que ustedes se han vuelto muy vanidosos y se la pasan viéndose al espejo. Yo, el cerebro, detesto eso, porque para mí el cuerpo es un capullo que florece desde adentro con cualidades y buenas acciones. Por lo tanto, preocúpense por cumplir bien su función y ser mejores órganos y convivir sanamente unos con otros, que lo que tenemos es un cuerpazo".