En Rionegro, tierra hermanada con la libertad, recipiente de la independencia y de la lucha por la igualdad, se llevó a cabo un conmovedor gesto por parte del actual mandatario, Rodrigo Hernández Álzate, miembros de su equipo, Jorge Rivas Urrea, secretario de Salud, entre otros.
El cuerpo médico municipal ha emprendido un combate casi, cuerpo a cuerpo, contra un enemigo invisible, inmisericorde, que viene apagando la vida de no solo de muchos rionegreros, también de incontables seres humanos alrededor del mundo.
Es muy legible en la plataforma cotidiana, del día a día, el hecho de que un cúmulo de comerciantes se encuentren en la cuerda floja por las medidas que incluso son impuestas por decretos emitidos desde la Gobernación de Antioquia. Sin embargo, hagámonos la siguiente pregunta: ¿qué es más importante?, ¿la vida o nuestros intereses personales?
Esa es una pregunta laberíntica, para la que existen múltiples opiniones, diversos puntos de vista y dudas que adoptan la forma de un espejo, en el que vemos lo que se refleja desde los cristales posteriores. Difícil encontrar un punto de equilibrio. Lo que hay que añadir es que apoyo al comercio ha tenido existencia durante el 2020.
Quizás, si dejamos de tratarnos específicamente como rionegreros y nos observamos a nosotros mismos como seres humanos, podemos estar en la misma línea de pensamiento, y esa cavilación que nos enlaza es la siguiente: el personal de la salud del municipio ha creado con marcado honor una especie de armadura emocional, física, casi espiritual. Es por ello que se encendió una vela, una tímida llama que en el eco del universo resonará como una melodía de apoyo, como un rayo de claridad.
En los recintos de la Alcaldía de Rionegro, Rodrigo Hernández Álzate y Jorge Rivas Urrea se unieron a esa realidad de esperanza para decirle a todos los héroes vestidos de blanco y azul, con máscaras sobre su rostro, como la tendría Batman o cualquier otro ídolo del comic, que gracias y que muy pronto, el faro de la ciencia y la medicina, nos hará resurgir de nuestras cenizas.