El papel de un presidente es liderar su país para hacerlo más próspero y mejor. En Colombia esto no se cumple; se puede observar en el caso del presidente Petro, que ha tomado la decisión de enfocarse en los problemas de otros países, dejando de lado los de su propia nación. En su afán de ser un líder global, ha descuidado las necesidades de sus propios ciudadanos, lo que ha generado críticas y descontento en la población.
No es bueno enfocarse en los problemas de otros países y olvidar a su propio pueblo. Tampoco es bueno pensar que los millones que lo eligieron están ahí, porque muchos ya se han alejado al ver que nada se cumple y todo se ha vuelto un problema de nunca acabar y todo está peor que antes.
El presidente viaja y se reúne con otros mandatarios a costa de los dineros del pueblo; el fin de ir a Estados Unidos era conseguir dinero para Venezuela. Esa era la pretensión que se buscaba con la cumbre de Petro que prohibió la llegada de Guaido, que al parecer causaba miedo; el final era buscar que Estados Unidos levantara las sanciones económicas a Venezuela para unas elecciones libres o más bien arregladas para Maduro.
Mientras eso pasaba, el congreso colombiano y sus partidos se enfrentaban y dejaban solo al presidente, que termino pidiendo la renuncia de los ministros y advirtiendo incluso con manifestaciones que coartan la libertad democrática, para que obligadamente voten todo lo que él quiera, de sus promesas de campaña.
El presidente olvidó que la democracia permite debatir uno a uno el articulado de las reformas, pues son ellos la representación del pueblo, que espera cambios pero no a las malas ni con manifestaciones de desorden público. También olvido que ese comportamiento de mal ejemplo, servirá para que sus líderes seguidores, le prohíban a la gente de otros partidos, participar y expresar sus opiniones en reuniones de campaña. Es decir se acabó la democracia.
El despelote solo indica que en ocho meses la descomposición del país, ocasionada por las declaraciones cantinflescas y pretensiones quijotescas, son el resultado del deseo de figurar en las revistas internacionales con discursos de mucha prosa, que al final no le traen al pueblo colombiano nada bueno, porque está olvidado, mientras la canasta familiar sube cerca del cuarenta por ciento, y la gente ya no puede hacer mercado ni pagar arriendo.
La conclusión es que de seguir así, las filas de migrantes colombianos se verán muy pronto hacia Estados Unidos u otros países, mientras su presidente envalentonado pasea por muchos países viviendo sabroso y esperando que pasen rápido los cuatro años que se sumaran a todos los del pasado dejando a un pueblo peor, más pobre y olvidado que antes.