Hace un tiempo que venía pensando en alguien que pudiera reflejar la identidad y cultura de un pueblo de una manera inconsciente y sin intención alguna. En los alrededores de mi vecindario y a cuatro casas de mi casa, en un lugar que funciona como venta de gasolina por pimpinas y en botellas de a un litro, encontré al protagonista de esta historia. Se trata de Elfis "El Bochi" Rico, una persona singular y con una historia de vida algo particular.
Él manifiesta estar de acuerdo con el calificativo de pimpinero y pasa a explicar a grandes rasgos el modus operandi de su actividad laboral actual:
-Nosotros somos lo que la detallamos, compramos la pimpina de gasolina en las bombas y acá la distribuimos en un litro, en dos litros. Tú sabes que la gente con este virus de la pandemia esta del covid vive más o menos económicamente alcanzada, entonces uno acá vende que los cinco mil, los diez mil, los tres mil, los dos mil, para que todo mundo tenga su ración cotidiana para el trabajo.
Después de justificar el valor social de su oficio e indicar que también aportan al pago de impuestos cada vez que compran en la estación de gasolina, entro en materia a indagar por su fanatismo, devoción y culto al cantante Diomedes Díaz, el Cacique de la Junta”:
-Yo desde niño me incliné mucho por la música principalmente de Diomedes Díaz, recuerdo que mis padres tenían unos billares y ahí se escuchaba mucho la música de Diomedes, me acuerdo del primer Long play de Diomedes con Nafer Duran, también con el Deve López “Me deja el avión” que fue un éxito y de ahí en adelante me fui difundiendo en la música de Diomedes Díaz, El Gran Cacique de la Junta, soy tan grande seguidor de Diomedes que aquí lo tengo en mi casa, mejor dicho el rincón de Diomedes se llama esto como usted mismo lo puede confirmar aquí.
¿En alguna ocasión tuviste la oportunidad de acercarte o compartir con Diomedes Díaz?
-Si tuve la oportunidad y el gran anhelo y ese orgullo que yo siempre me he llevado de estar junto a Diomedes, de conversar con él, de tocarlo porque tocar a Diomedes es una gran satisfacción un ídolo de esos, un Cacique de la Junta como ese, el papá de los pollitos es Diomedes Díaz. Yo estuve en muchas presentaciones con Diomedes, a raíz de eso nos conocimos profundamente hasta el punto que llegamos a seguirlo por todas partes en muchas presentaciones.
¿Qué rol desempeñabas en esas presentaciones?
-En ese tiempo eran kazetas y en el bus se llevaba todos los implementos la amplificación, el sonido, las luces, etcétera, fui compañero de Raúl Marulanda, Lucho Dari, Tico Rojano, Poncho Orozco que fueron integrantes del conjunto de Diomedes, ahora mismo también recuerdo a “Media Vaca” que es popular por la novela de Diomedes que no nos perdemos ningún capítulo y a las ocho de la noche todo mundo está en casa viendo esa novela. Entonces si digamos que yo hacía parte en ese momento de esa agrupación, digamos que de recogecable de estar pendiente de recoger todo de la amplificación. Entonces así fue mi llegada ante Diomedes.
Llega la suerte…
Como siempre inesperada y desestabilizadora la suerte llega a demostrar que puede ser efímera y perjudicial para quien no está preparado para afrontar sus designios.
¿Cómo fue el hecho de haberte ganado un premio de la lotería?
-Si eso fue una bendición de mi diosito gracias a Dios por ese momento tan grande que me dio en esa época. Eso ocurrió en el año 82 estaba trabajando en Palmera de la Costa, eso queda por Algarrobo, Magdalena, yo compré una rifa La Rifa Regional de Fundación de Ruperto Andrade, me gané el premio mayor que fue un carro un Nissan Patrol.
Mi padre había fallecido en el año 1980 y habían quedado deudas y en ese momento yo de buen corazón como lo he sido siempre con mi familia, con mi madre tan querida esa señora tan especial para mí, tomé el dinero para pagar y salimos de muchas deudas con ese dinero.
¿Cuáles fueron las consecuencias o efectos de haberse ganado ese premio?
-Yo diría que sí tuvo sus efectos nocivos, imagínate yo tenía 18 años mejor dicho estaba en toda la flor. Esa era una cantidad de plata en ese momento, ese año fue muy especial para nuestra familia y más que todo ese fue el año que me conocí con esos muchachos de la agrupación de Diomedes en Valledupar, porque mi hermano estudiaba en esa ciudad y yo viajaba todos los fines de semana allá, me conocí con ellos porque enfrente de la casa donde vivíamos nosotros llegaban ellos a visitar a unas novias que tenían ahí, me conocí con Raúl, con Tico Rojano, con Rafael Aponte, con Juancho Orozco y así nos fuimos conociendo y en una ocasión me invitaron a una kzeta y así nos fuimos conociendo y ahí fui llegando a un mundo que no debí llegar. Al mundo de las drogas.
¿Cómo fue tu paso por ese mundo?
-Fue una etapa muy difícil para mí porque salir de las drogas no es así tan fácil. Eso es un hueco que yo no le deseo a ninguna persona que llegue a eso llegar a eso es fácil, pero salir es muy difícil. Gracias a Dios a mi familia y a Hogares Crea en Barranquilla yo me recuperé satisfactoriamente fueron tres años de un tratamiento interno en Hogares Crea Barranquilla y de ahí fui trasladado a Bucaramanga en donde terminé. Inclusive quedé trabajando con Hogares Crea un año y de ahí me retiré, pero gracias a Dios fueron tres años de lucha contra ese flagelo de la droga, así salí de eso.
Hoy en día soy otra persona, apreciado por la sociedad, muy querido en este pueblo, una persona cariñosa, querendona, eso sí las mujeres me gustan mucho, eso es parte de mi vida.
¿Considera que la influencia de Diomedes Díaz, fue un mal ejemplo para su vida?
-Para uno llegar a la droga es solo, nadie obliga a nadie eso es de cada quien. Como lo pudimos ver en la bionovela que toda Colombia vio por televisión. Yo inclusive hace diez años la última vez que me vi con Diomedes, iba para el Banco, Magdalena.
Me recogió aquí y nos fuimos para el Banco y muchos compañeros se sorprendieron que yo ya no consumiera eso e inclusive en el bus se iba consumiendo eso y yo nada, nada de eso y muchos se sorprendían y preguntaban cómo había hecho para salir de eso.
Y les decía que si les contara mi vida no acabaría en un día y que si fueron tres años de lucha contra esto que no es tan fácil, pero hay que tener la voluntad para eso.
Yo a Diomedes lo admiré por ser una persona cariñosa, amable, querendón que ayuda al pobre, al rico o al acomodado y por eso Diomedes es el Cacique, el papá de los pollitos porque Diomedes para toda ocasión tiene una canción. Tiene de despecho, al amor, de la madre, mejor dicho Diomedes tiene canción para todos los gustos y para todas las oportunidades.
El fanatismo de Elfis, El Bochi, que expresa por Diomedes Díaz, lo hace rendir culto a una imagen similar a la de un santo. Muestra de ello es la forma en que organizó una mesa la cual considera como un altar en donde cuidadosamente exhibe con orgullo viejos long play, recorte de prensas y hasta un reloj de pared con la figura del Cacique. También tuvo en cuenta su vestimenta para demostrar aún más que es un verdadero fanático del hijo prodigo de Carrizal. Lentamente me voy despidiendo de él y su punto de venta ubicado en la calle principal del corregimiento de Mandinguilla en jurisdicción del municipio de Chimichagua, Cesar.
Ahí queda ese ser en medio de botellas de gasolina atendiendo a unos cuantos clientes. Su vida ha sido un baile que con el tiempo le ha dado muchas vueltas.