Para las mujeres el camino hacia la igualdad política ha sido largo, lleno de obstáculos, cuestionamientos y pruebas que parecen no tener fin. Ha sido una lucha constante para poder acceder a puestos de representación con voz y voto, y participación activa. Aunque estamos en el siglo XXI, en tiempos donde intentamos avanzar acorde a la ciencia y a la tecnología, a nivel de los derechos de las mujeres y su reconocimiento estamos a paso lento.
En la segunda ola del feminismo, en la Declaración de Sentimientos y Resoluciones de Seneca Falls (documento resultante de la reunión celebrada el 19 y 20 de julio de 1848, firmado por sesenta y ocho mujeres y treinta y dos hombres de diferentes asociaciones políticas, donde se tomaron posturas de igualdad de derechos y apoyo al movimiento sufragista) se hizo la siguiente resolución: “que la igualdad de los derechos humanos es consecuencia del hecho de que toda la raza humana es idéntica en cuanto a capacidad y responsabilidad”
Ahora bien, el día 16 de diciembre de 2020, el Senado de nuestro país aprobó la paridad de género para las listas que los partidos políticos presenten para las elecciones a corporaciones públicas. Esto representa mayor participación e incidencia de las mujeres en la política colombiana.
La exigencia de la paridad es una deuda histórica con las mujeres, además de una necesidad. Recordemos que sin mujeres no hay democracia. En nuestro país se exigía que las mujeres fueran el 30% de las integrantes de listas, pero este porcentaje no es equitativo ni igualitario, así que tras un largo debate se aumentó a 50%. Es decir, cada lista que vaya al Senado, a la Cámara de Representantes o a cualquier corporación pública debe estar compuesta por 50% hombres y 50% mujeres. Así mismo, cuando las listas estén conformadas por un número impar, las directivas de cada partido van a determinar si ese puesto impar lo ocupa una mujer o un hombre.
Esta acción es herencia de la ardua lucha de las mujeres sufragistas que exigían su derecho a elegir y ser elegidas. Es algo histórico en Colombia y ahora podemos decir que empieza una nueva era para las mujeres, donde posiblemente nos enfrentemos a nuevos escenarios y retos. Hemos logrado dar un paso hacia adelante y avanzar en la igualdad en cuanto a la conformación de listas políticas.