La Corte Constitucional le dio el visto bueno al matrimonio homosexual en Colombia con escasa mayoría y fue el momento de suspiro de algunos que creen que con ello se logra un avance sustancial en materia de derechos, cuando otros gritan a los cielos por tanta aberración.
Y en opinión de quien escribe estas líneas, resulta inobjetable que el país ha subido varios peldaños en lo que respecta en respetar al otro, pero debe quedar claro que aún falta mucho trecho.
La mayoría fue de seis contra tres, cuando es bien claro que la real opinión sobre el tema nada tiene que ver con esos simples números.
Veintiún proyectos de ley fracasaron, uno tras otro cayendo como piezas de dominó, y eso no era otra cosa que el resultado lógico de atender a la mayoría parlamentaria, conservadora a morir y metida en otros asuntos realmente rentables.
¿Y si sometiéramos el tema a consulta popular?
Creo que no me equivoco si afirmo que el Sí no llega al treinta y cinco por ciento. Y si a la pregunta inicial de “¿aceptaría usted el matrimonio entre personas del mismo sexo?” le añadimos la pregunta de “¿y aceptaría usted la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo?” no dudo en afirmar que el Sí jamás supera el diez por ciento, y si a eso le metemos la retahíla del cura procurador y demás amigos arengando contra la última perversión del ser humano, imagínense ustedes, un inocente infante de piel rosada en manos de dos maricas degenerados o dos marimachos depravadas. Ahí el Sí no llega a los cinco puntos.
¿Matrimonio llaman a eso?, gritaban en España desde las iglesias
y las plazas de toros, y ya han pasado más de diez años
y el tema homosexual ha dejado de ser el asunto tabú que es aquí.
Escribo estas líneas y se me pasa por la cabeza el caso de España. Con su exigua mayoría en su momento, Rodríguez Zapatero y la bancada del PSOE aprobaron la ley del matrimonio homosexual. El país se les echó encima, ¿matrimonio llaman a eso?, gritaban desde las iglesias y las plazas de toros, y ya han pasado más de diez años y el tema homosexual ha dejado de ser el asunto tabú que es aquí.
¿Cuántos años hace que los negros no podían entrar a los baños de los blancos y a aquellos se les tenía prohibido sentarse en la parte delantera de los buses? ¿Cincuenta, …, más? Y a pesar del paso del tiempo aun existen en los Estados Unidos fuertes grupos homofóbicos.
El país ha dado un paso adelante con la decisión de seis personas. Un muy buen paso. Ahora falta esperar que los cavernarios no prosperen con sus demandas y sus tutelas y sus ataques de odio y que el tiempo circule a su velocidad para que los colombianos veamos, en su mayoría, que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos.
Tengo varios amigos del equipo contrario, obvio, que como personas inteligentes ni piensan ni quieren casarse, y a ellos va dedicado este artículo.
Y un muy sonoro aplauso a Angélica Lozano, valiente mujer.
Y hablando de…
Y hablando de aplausos y completamente fuera del tema, qué bueno ver a dos equipos madrileños en las semifinales de la Liga de Campeones.
