Un día el holandés Gert-Jan Oskam sufrió un accidente en bicicleta que lo dejó con las piernas completamente paralizadas y con movilidad reducida en ambos brazos. Fueron años difíciles en los que dependía de otra persona para realizar sus actividades cotidianas. Ni siquiera podía practicar con normalidad una de sus grandes pasiones, la pintura. Sin embargo, nunca perdió la esperanza de volver a caminar.
Hoy, 12 años después y gracias a los esfuerzos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana y el Centro de Investigación NeuroRestore, liderados por los neurocientíficos Grégoire Courtine y Jocelyne Bloch, respectivamente, Oskam ve cumplir su deseo y vuelve a caminar con normalidad, aunque primero tuvo que pasar por cinco años de ensayos y de intentos fallidos.
El que muchos consideran como un milagro fue posible gracias a un método que consiste en utilizar estimulación eléctrica. Oskam ya se había sometido en 2017 a una cirugía para implantar un dispositivo que mandaba impulsos eléctricos hacia su medula espinal. En ese momento ya se consiguió una mejora parcial en su movilidad, pero nada comparado con los resultados de ahora. La diferencia radica en que en el último procedimiento al que fue sometido el holandés, también se le implantaron dispositivos en ambos hemisferios de su cerebro, lo que permite establecer un vínculo entre dicho órgano y la medula espinal que se había roto a causa de la lesión.
Antes, con el implante dirigido solo a la médula, los movimientos tenían que estar programados desde antes por medio de una computadora, eran más robóticos y no se veían naturales. Ahora, solo con pensar en moverse, la señal pasa desde el cerebro a la médula de manera casi inmediata, lo que le da al paciente control sobre sus movimientos. Además, estos sí se ven naturales. Tal es la efectividad de este método que, desde el primer día de entrenamiento tras implantar el dispositivo, Oskam ya era capaz de dar pasos.
Aquí puede leer el estudio completo publicado en la Revista Nature
El equipo que había venido llevando a cabo la investigación está conformado por más de 40 científicos de primerísimo nivel, dos de los cuales son colombianos. Se trata de la ingeniera biomédica, Andrea Gálvez Solano y del físico e ingeniero de sistemas, Sergio Hernández. Ambos son graduados de la Universidad de los Andes y tuvieron un papel fundamental en la creación del implante: Hernández desarrollando el software de los electrodos y Solano logrando que se adaptara al cuerpo de Oskam y de los otros pacientes que fueron parte del ensayo.
Hoy, Gert-Jan Oskam puede caminar 100 metros con normalidad y no le cuesta estar de pie sin apoyarse durante varios minutos. En Suiza, los científicos consideran que esto es solo el comienzo y que pueden conseguir resultados mejores en un futuro, pues ya tienen claro que la estimulación eléctrica para establecer un vínculo entre el cerebro y la médula espinal es el camino a seguir para este tipo de pacientes.
Por ahora, continuarán los ensayos clínicos en los que esperan contar con más participantes, pero pueden pasar años antes de que este tipo de estimulación se convierta en una práctica común para el tratamiento de pacientes paralíticos. Eso sí, aseguran que representa una nueva era en este campo de la medicina.
También le puede interesar: Riñones portátiles y artificiales, se acabó la esclavitud de las diálisis