Colombia es un país con una posición geográfica privilegiada. Además de tener extensiones de territorio de gran valor, como lo es el acceso a los dos mares, parte de una de las más grandes selvas del mundo la Amazonia, es atravesado por tres grandes cordilleras con una diversidad inmensa de flora, fauna y recursos naturales, así como por cuatro vertientes de ríos muy importantes. Sin embargo, la poca educación geopolítica y el poco valor geográfico que existe no permiten una óptima apreciación del territorio.
El Estado colombiano ha sido conformado por un grupo de políticos que no buscan la expansión del territorio. Por el contrario, pareciera no importarles el valioso territorio que gobiernan. Además de esto, históricamente, Colombia ha sido un país con un derroche territorial inmenso en el que se han perdido miles de kilómetros cuadrados de territorio, sin tener repercusión óptima alguna. La inestabilidad política alimentada por la gran desigualdad del país y la corrupción (que conlleva a la falta de educación en la población) ha permitido la pérdida de lo que son, o podrían ser, grandes puntos estratégicos para el desarrollo del país.
Colombia es una nación que ha sido atravesada por épocas de violencia que han dejado marcadas a la población y a la nación. De hecho, conflictos tanto internos como externos son los principales influyentes de la carencia de amor por nuestro territorio y la inadecuada producción del mismo, añadiendo la guerra “geopolítica” en la cual se ha centrado el conflicto interno en Colombia, una constante lucha con las guerrillas y el narcotráfico por el territorio. Dicho conflicto y la mala visión de las accesibilidades de Colombia por el gobierno han generado una desintegración interna dentro de las regiones del país, así como el desinterés por parte del gobierno en varias zonas donde principalmente gobiernan los grupos armados.
En conclusión, la geopolítica es un campo del saber que estudia los factores más importantes de una nación. Es por esto que la ausencia de conciencia geopolítica nacional nos ha llevado a cometer errores que han costado caro, tanto para el territorio como para el desarrollo del país.
Como exclamo Friedrich Ratzel en su séptima ley, “todo pueblo debe ser educado en la evolución de las concepciones espaciales menores a mayores”. El deber del estado es respaldar la seguridad de sus habitantes y la expansión del territorio en sí. Pero, por el contrario, el Estado colombiano lo único que muestra es desinterés por el territorio y sus habitantes; de la misma manera, la falta de información en la población conlleva a permitir dichos actos de los gobernantes sin repercusión alguna.
La poca seguridad y el desinterés del país han dejado vulnerables zonas estratégicas para el desarrollo de la nación. Así, estas terminan en manos de grupos armados, quienes les dan provecho a dichas regiones transportando y produciendo materias ilícitas.
Colombia es un país geográfica y estratégicamente bien ubicado, pero a la vez, su misma demografía ha influido para su lento desarrollo. Las cordilleras que atraviesan el país y sus zonas montañosas dificultan la comunicación y el acceso a diferentes regiones.