En la Sección Tercera del Tribunal Administrativo de Cundinamarca se dijo que Sergio fue víctima de acoso escolar en el colegio, que allí no recibió ayuda para superar la situación de discriminación y garantizar sus derechos, ni tampoco tuvo la posibilidad de dialogar y encontrar una solución amigable a tal situación. Si hubiera tenido los mecanismos relacionados con el sistema para proteger y prevenir la violencia escolar quizás no hubiera pasado lo que pasó.
Según el Tribunal, la Secretaría es responsable por los perjuicios causados a Alba Reyes por no cumplir con sus funciones de inspección, vigilancia y control, permitiendo que el colegio Gimnasio Castillo Campestre prestara el servicio de educación sin que previamente ajustara el Manual de Convivencia con la participación de estudiantes y de la comunidad, así como por no llevar a estudio del Comité de Convivencia Escolar el acoso al que estaba siendo sometido Sergio para que se activara la ruta de atención integral y las garantías de convivencia, con la finalidad de detectar la situación de intimidación y lograr una solución de manera amigable y constructiva.
Para el fallo en su primera instancia ya se había pedido que se declarara la responsabilidad de la Secretaría de Educación en la vigilancia a los mecanismos de no discriminación dentro del colegio, ya que se habría podido haber hecho un acompañamiento más efectivo que hubiera podido evitar el suicidio de Sergio.
La Sección Tercera del Tribunal añadió que sí faltaron rutas de apoyo para el caso específico de Sergio Urrego y las herramientas para que tanto sus papás como el joven tuvieran rutas para defenderse de los atropellos de la institución. Por otra parte, la Secretaría se comprometió a publicar la sentencia en todos sus canales y medios de comunicación y de la misma manera enviarla masivamente a instituciones educativas.
“Además de lo que dice del caso de Sergio, informa a las secretarías de educación sobre su responsabilidad frente a los manuales de convivencia y que, en general, son responsables de implementar la Ley 1620, que es la norma que protege a los niños en los colegios frente todos los tipos de matoneo, no solo por temas de orientación sexual”, comenta Alba Reyes, madre de Sergio y Creadora de la Fundación Sergio Urrego.
Para la Fundación Sergio Urrego este es un fallo histórico puesto que, además de la Sentencia T-478 del 2015, esta es una herramienta más que ofrece el caso de Sergio, la cual invita abiertamente a proteger la niñez y juventud del país previniendo el acoso escolar que finalmente mitiga el índice de suicidio. Además, es otro fallo por discriminación hacia la orientación sexual de una persona en el país, el primero se dio también en el caso de Sergio.
