“Charlemos, face to face” es el nuevo libro que presenta Manuel Tiberio Bermúdez a consideración del público. Se trata de un compendio de 21 entrevistas con muy diversos mundos y ángulos que dibujan un extraordinario paisaje de experiencias y opiniones de este lado del universo.
21 voces diversas que cuentan, narran, revelan y reflexionan para emocionar o producir en el lector inquietudes, cavilaciones o nuevas preguntas que se van resolviendo en cada una de las respuestas que dan los entrevistados.
Para Manuel Tiberio, la entrevista “es un género fascinante por lo que de sorpresa tiene, por lo que de confrontación simula. Nada está preparado, ni el escenario, ni las preguntas, mucho menos las respuestas y se puede realizar cuando lo dicte la emoción, el sentir personal, la curiosidad de quien decide preguntar.
“Hablo de la entrevista espontánea, la que surge del momento, de la ocasión especial, de la oportunidad que no volverá a presentarse tal como uno la observa en un instante y que no permite al entrevistado más que una decisión de si acepta o no al intruso que pregunta más que un catecismo.”
Este libro es un viaje que el lector emprenderá, de la mano de Manuel Tiberio, en una verdadera aventura por 21 mundos de muy diversos ambientes y aconteceres, con disímiles experiencias, tiempos, circunstancias y pensamiento; nacidos de diferentes sentires: poetas, escritores, periodistas, empresarios, oficiales en retiro, fotógrafos, políticos, exguerrilleros, y otros más.
Al fin de cuentas, como dice Daniel Samper Pizano, desde que el mundo es mundo, el hombre no ha dejado de hacer tres cosas: matarse, reproducirse y preguntar. Preguntar para entender, para conocer al otro, para aprender de las experiencias ajenas, para apreciar el otro lado del suceso, para tener qué contar, para seducir a alguien o por pura diversión. Son las variables que el lector encontrará en esta obra.
El libro “Charlemos, face to face” está hecho de emociones: las primarias, las que transmiten los seres humanos ante el acoso de la pregunta no preparada, ante el cuestionamiento que hace el preguntador de turno que busca meterse por las rendijas de las respuestas, hasta el rincón oscuro del alma del entrevistado.
Con este libro, Manuel tiberio completa tres que llevan su firma: “Gracias a dios soy montañero” y“New York no es el cielo” completan la trilogía. En226 páginas el autor ejerce su oficio de periodista-entrevistador para develarnos historias, que como dice su prologuista, Lizandro Penagos, “Manuel se define aquí como un simple preguntador. Y como para que no quede duda, añade que estos textos no tienen ninguna otra pretensión que no sea la que a él motivó: el deleite, el goce de esa forma olvidada de mirar con la escucha, la razón y digámoslo de una buena vez, con el corazón.”
Recomiendo el libro porque me uno a Lizandro Penagos cuando señala: “Ah vaina difícil es la entrevista sencilla pero profunda. En esa canoa que puede terminar convertida en trasatlántico, en crucero, en portaviones incluso, en la que se embarcan quienes deciden vadear las turbulencias de la introspección de aquellos que por alguna razón sobresalen del montón y a veces de la manada. No es fácil conversar con un genio y menos con un estúpido, lo que sin titubeos -debe decirse- es más complejo. La intimidad no es algo a lo que se acceda con palabras, así haya quienes consideren lo contrario.
Bien le reconoció la rubia voraz a Truman Capote esta habilidad: “Ningún hombre me ha desnudado como él”. ¡Era brillante la tonta! El perfil que de Marilyn Monroe hiciera este hombrecito monumental, ratificó que como escritor sabía la esencia del arte de preguntar y escuchar, conversar y auscultar, esas formas casi olvidadas de desnudar a quien quiere proyectar una imagen o esconderla.
Y Manuel Tiberio -reportero infatigable, pero contagiado hasta los tuétanos por la literatura- se dio a la tarea de recopilar en este volumen un buen puñado de estas conversaciones publicadas en diversos medios y que arroja al mar sideral de las historias convertidas en libro. Se necesita coraje para atreverse a publicar impreso en un mundo digital y ligero, superfluo e intrascendente.
La lectura es un acto físico, solitario y simbólico, un viaje en el que nos hacemos acompañar por un ejército de desconocidos que apenas nos presentan. Vivimos tiempos extraños, pero aun así y con la conmiseración que guardo para los amigos que se atreven a la aventura de publicar, estos diálogos ajenos y por eso muy buenos, me permitieron leer la vida de unos desconocidos que conocen mucho de la vida.”
Queda recomendado este libro “Charlemos, face to face”, que se puede conseguir en Amazon, ya que el autor decidió publicar en formato digital, para evitar gastos inútiles en impresión pues, como él mismo asegura, “los libros en Colombia, cuando no se tiene reconocimiento como escritor, se regalan muy bien”.