La única vez en la vida que he visto al cantante Sebastián Yatra fue durante el desfile de la solidaridad. Iba en la primera carroza junto a una mujer que parecía ser una manager, una tía o su mamá. Es un niño lindo, pero hasta ahí. Saludaba a la gente con una falta de ganas total. Cero carisma, cero energía y no se le veía mayor esbozo de chispa. A lo mejor tuvo un mal día o qué sé yo. Pero en todo caso la sensación que me dio fue la de un joven completamente desubicado que no tenía mayor interés para estar ahí.
Al analizar de dónde viene Sebastián Obando Giraldo se entienden muchas cosas. Es hijo de una de las familias más ricas de Medellín. Para huir de la violencia que azotó a la capital paisa en los años noventa la familia se fue a Miami cuando el pequeño Sebastián tenía cinco años. Allí creció y cuando estaba más grande lo apoyaron para que jugara a ser músico. Sus apellidos reales nada tienen de comercial, y como a todo cantante prefabricado le inventaron cualquier nombre con alguna inspiración rebuscada. De ahí en adelante Sebastián Obando Jaramillo pasó a ser Sebastián Yatra.
En 2013, con 19 años, graba su primer sencillo musical. Contrataron al mismísimo Simón Brand para que dirigiera la grabación del vídeo musical; así cualquiera con plata puede ser cantante. De ahí en adelante solo se vinieron éxitos para el joven paisa. Lo pusieron a hacer duetos con artistas más famosos como Carlos Vives, Cali y el Dandee, Alkilados, Mike Bahía, Dálmata, entre otros. Todo sirvió para volverlo famoso. Hasta ponerlo a cantar “Por perro me lo busqué” para que no se quedara solo con la imagen de niño lindo que no rompe un plato.
Cuando uno ve a Sebastián Yatra, así sea en vídeo, se nota que alguien le dice desde qué tan abierta debe estar su camisa hasta qué decir en una entrevista. A la hora de la verdad poco o nada importa su criterio. Él solo hace caso a todo lo que le dice la enorme maquinaria que tiene detrás.
Y ahora, que reemplazó a Maluma como jurado en La Voz, el siempre ganador programa de Caracol, se le puede ver todas las noches dando consejos a niños pequeños sobre cómo cantar. Aunque él lo intenta, aburre verlo. Personalmente siento que le falta gracia. Lamentablemente para él, ese implante es algo que todavía ningún manager puede realizar.