La acción de fingido beneficio para el país que presenta Santos Calderón en el negocio que ha pactado con los árabes es un nuevo movimiento económico con el cual pretende continuar engañando a los colombianos, pero que sin duda le aportará a sus intereses muy seguramente grandes dividendos, los que podrán ser disfrutados una vez culmine su manoseado mandato presidencial.
Definitivamente a los gobernantes de Colombia les ha movido el interés por vender la patria, sin que se mire el grave perjuicio que se le causa a la población, y, más grave aún, a la naturaleza. Permitir la explotación de oro en el Páramo de Santurbán es depredar los bienes que nos da la naturaleza, es acabar con el recurso hídrico que alimenta a millones de compatriotas, quienes muchas veces no comprenden el por qué actúan así aquellos que han robado su confianza y luego les engañan con decisiones que atentan contra su seguridad alimentaria y su salud. Sin embargo, llegan los períodos electorales y de nuevo caen en las redes de estos inescrupulosos que no gobiernan para un pueblo, sino para sus intereses.
Vale la pena alimentar una gran fuerza opositora para evitar la destrucción de la naturaleza del Páramo de Santurbán, y, junto a ella generar un gran movimiento nacional para castigar en las próximas elecciones a los corruptos que han dejado al país en la bancarrota y pretenden autoproclamarse padres de la patria y defensores de los derechos ciudadanos.
¡No más engaños!
