Felicitaciones y aplausos, la denominada “primera línea”, que se conformó durante las protestas iniciadas el 28 de abril de este año para ponerle el pecho y resistencia a la fuerza policial y sus abusos, decide dar un paso más adelante y convertirse en partido político. Qué bien. De eso se trata, de que los jóvenes que no se ven representados por el actual gobierno, ningún partido político y el comité nacional del paro, aborden el escenario de la política de manera directa. Por fin entendieron que su futuro nadie se los va a dar, ni a regalar, que ustedes mismos lo tienen que luchar ¡desde el presente!
Los jóvenes cuando se deciden empujan a grandes cambios o transformaciones. Fueron los jóvenes los protagonistas de Mayo del 68; fueron jóvenes los protagonistas de la “séptima papeleta” en Colombia, para una Asamblea Nacional Constituyente y que produjo la Constitución Política del 91, así varios de ellos terminaran cooptados, defendiendo el establecimiento y “lo políticamente correcto”; fueron jóvenes los protagonistas de la “primavera árabe”, aunque después muchos de ellos piensen que no produjo los resultados esperados.
Recuerden a Jan Palach. En enero de 1969, este joven checo se prendió fuego como protesta por la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia. En el lecho de muerte su mamá le preguntó el porqué de su acción. Él le contestó que “para vivir el hombre necesita espacio”. Ahora el turno se lo dan ustedes mismos, buscando su propio espacio. Pero al decidir conformarse en partido político deben renunciar a medios o métodos violentos para hacerse notar, para hacerse valer, para ganar respaldo, o de llegar incluso a inmolarse por ganarse ese espacio. No necesitan terminar como Jan Palach, lo que deben arder son sus ideas para que iluminen mejor el camino que han decidido emprender.
Porque en el comunicado que emitieron dicen que van a “exigir que las demandas de los ciudadanos sean tenidos en cuenta dentro del marco deliberativo que permita construir una democracia libre”. En este sentido, ustedes deciden enfrentar al establecimiento, a los partidos políticos y demás organizaciones que nos los representan, en su terreno: en el político, espacio de la confrontación de ideas y argumentos. Entonces, es hora de bajar escudos, palos, capuchas, piedras… De dejar la confrontación por acción o por provocación. Y exigir, exigencia que también tiene que hacer la sociedad, que el gobierno, que la fuerza pública, les garanticen su participación política sin estigmatizaciones ni amenazas.
La tarea no les será fácil porque para ganar más legitimidad, respaldo ciudadano, respaldo del pueblo, ahora les toca conformar una primera de línea de jóvenes que tenga el vuelo intelectual, el poder de la argumentación, para convencer y crecer.
Una piedra lanzada también es un mensaje político, pero un mensaje político será más contundente cuando sea defendido por una primera línea ¡política!
