Siempre que vemos casos donde se vulnera la dignidad humana pensamos que nuestra sociedad es carente en valores y por ello necesita de un replanteamiento de lo que estamos haciendo mal. La educación tiene un rol importante en la formación de las nuevas generaciones, pero se necesita obligatoriamente una buena práctica pedagógica que haga del conocimiento una construcción colectiva entre docente y estudiante. Nuestra época requiere de estudiantes conscientes de las problemáticas locales, nacionales y globales porque el conocimiento se enriquece cuando lo aprendido en el aula se pone en práctica con el entorno.
Las instituciones educativas son llamadas en primer lugar como los responsables en que los jóvenes a su cargo tengan las competencias básicas para desarrollar sus habilidades, hay que decir que las cátedras que por ley deberían darse en los colegios son vistas como materias de relleno y que por lo tanto no es necesario que los jóvenes le den importancia a ese tipo de asignaturas. En el momento histórico de nuestro país la cátedra de la paz se está impartiendo en todas las escuelas, su importancia reside en que permite abrir espacios para la discusión de ideas y el reconocimiento del otro, pero ojala no pase a ser olvidada como ocurre con las demás cátedras que deberían estar en los planes de área.
Uno de los interrogantes que es obligatorio plantearse es: ¿cómo construir ciudadanía? Como primera medida, hay que decir que en la antigua Grecia se le decía ciudadano era aquel que amaba su ciudad y hacía parte de las decisiones que se tomaban respecto a ella. Hoy para los jóvenes la ciudad no es su prioridad porque en su concepción, la política es un “caso perdido”, donde “hagan lo que hagan todo seguirá igual”. Formar ciudadanía consiste en hacerles ver a los jóvenes que su participación es importante para hacer de nuestro país un lugar donde los derechos consagrados en la Constitución Política sea una ley viva y palpitante para que lo dicho allí se vea en la cotidianidad, solo así cada uno de nosotros aprenderá a querer lo público, lo común, lo que somos como nación.
El llamado a formar ciudadanía es a todos los responsables en la formación de los jóvenes: Estado, padres y sociedad. El primero debe implementar reformas pertinentes para que los centros educativos sean un lugar donde se fortalezca el pensamiento crítico, además que tengan la capacidad de cuestionar y pensar de qué manera actuar en un problema determinado. Un estudiante que priorice las pruebas Saber Pro e igualmente el aporte que puede hacer para la construcción de un mejor entorno sería un gran triunfo para nuestra sociedad.
En segundo lugar, los padres constituyen el pilar fundamental de los jóvenes porque son ellos quienes más ansían ver a sus hijos triunfar y además de ser ejemplo de su familia, aunque hoy día algunos padres son desentendidos de la vida escolar de sus hijos, eso sin decir que los jóvenes deciden compartir más su día a día con sus compañeros o en la web que con sus padres quienes deben estar atentos a las señales que den nuestros hijos. Por este motivo los padres deben esforzarse por hacer de sus hijos estudiantes integrales y hacer de su proceso formativo el motor que hará de su núcleo familiar la mejor aliada para cumplir sus sueños de ser unos buenas personas y profesionales.
Por último, nosotros como sociedad debemos contribuir con la formación de valores ciudadanos a los jóvenes y la mejor manera es dar ejemplo fehaciente de cómo debe ser una sociedad ejemplo. Y no podemos llegar a este punto cuando las noticias en su mayoría son por casos de corrupción y los funcionarios públicos actuando de la manera más vil respecto a los recursos públicos. La mejor manera de que los jóvenes aprendan y se apropien de los valores es condenar los malos hábitos hacerles saber que los recursos públicos no son para servirse a sí mismos, sino una oportunidad para que miles de personas se les dignifique su bienestar.
Teniendo en cuenta lo anterior, todas las edificaciones necesitan de cimientos fuertes y que sean capaces de sostener toda la estructura, así los jóvenes deben ser acompañados en todo su proyecto de vida, es desde los más pequeños donde puede existir una esperanza para la crisis en valores que tiene una sociedad como la nuestra. La política educativa debe seguir siendo el mayor sector donde inviertan los gobiernos futuros, además debemos tener currículos que respondan a las necesidades nacionales pero también locales para que el estudiante sepa cómo actuar en su comunidad, el llamado es a reescribir nuestra historia formando conciencia ciudadana.