Gabriel Boric es el candidato más joven de los siete que apostaban por reemplazar a uno de los gobiernos más polémicos de los últimos años en Chile: el segundo mandato de Sebastián Piñera (2018-2022).
Pero a pesar de tener solo 35 años, y eludir el grupo de “partidos tradicionales” del tablero político chileno, el rostro de Boric es un viejo conocido para los chilenos.
Fue parte del grupo selecto de cuatro líderes estudiantiles, junto a Camila Vallejo, Karol Cariola y su actual vocero de campaña, Giorgio Jackson, que encabezó en 2011 las fuertes manifestaciones que sacudieron el país demandando una educación gratuita, libre y de calidad. Sus voces pidiendo igualdad educacional resonaron en todo el mundo.
En un país caracterizado por la segregación social, sanitaria y educativa, las manifestaciones estudiantiles de 2011, que siguieron a las iniciadas por la revolución pingüina de 2006, marcaron un antes y un después en una sociedad que comenzaba a expresar su inconformismo frente a la desigualdad.
Boric sustituyó a la simbólica Camila Vallejo como vocero de la Confederación de Estudiantes de Chile, la Confech, cuyo rol en los movimientos sociales para la época fue fundamental. Crítico de los partidos tradicionales, y de la centroizquierda que representaba la Concentración, la coalición política que lideró la transición hacia la democracia en el país, Boric inició su aventura parlamentaria.
En 2014, los cuatro icónicos compañeros conseguían escaños como diputados. Boric lo hizo representado a la región más austral del país, su natal Magallanes, tan lejana a Santiago como olvidada por sus políticas centralistas. El líder fue elegido como candidato independiente cuando aún estaba vigente el sistema binominal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet amarrado para favorecer a los partidos conservadores. Su reelección se produjo en 2017, conviertiéndose en el candidato más votado de su región y en el segundo de todo el país.
“Boric es parte de una generación que realizó un aprendizaje político en el contexto de las movilizaciones estudiantiles, particularmente del 2011 al 2015 que fueron lideradas por la Confederación de Estudiantes y que permitió el surgimiento de nuevos liderazgos después de un par de décadas en donde la política en Chile había estado monopolizada por las dos grandes coaliciones de la transición, la de centroderecha y la Concertación”, explica a France 24 Marcelo Mella, cientista político de la Universidad de Santiago y autor del reciente libro 'Querer poder, y saber, el impacto de la Confech en las movilizaciones estudiantiles 2011-2015'.
Subversión a la herencia de la dictadura
“Estos años fueron el primer gran impulso a la transformación que ha vivido el país después, que inicialmente tuvo como objetivo conseguir la reforma al sistema de educación superior pero que traspasa la demanda sectorial para convertirse en una más general, mucho más política, que buscaba la subversión del marco institucional y de la Constitución de 1980, heredada de la dictadura”, continúa Mella.
“Esta generación permitió un cambio dentro de la élite, primero accediendo al Congreso, como diputados, y posteriormente con una alta incidencia para instalar nuevos temas en la agenda política chilena, que tienen que ver con los nuevos desafíos que enfrenta el país: medioambientales, de transición energética, de identidad, disidencia sexual, feminismo…”, resalta el analista.
Su protagonismo político se refuerza con el estallido social del 18 de octubre de 2019, donde Boric tendría un rol protagónico a la hora de buscar una salida institucional a una entonces profunda crisis democrática, cuando el 15 de noviembre de ese año todos los partidos políticos de manera histórica alcanzan un acuerdo contrarreloj que frenaría la violencia desatada de las calles y marcaría el comienzo a la actual escritura de una nueva Constitución. Su rol en ese acuerdo, encarnando la izquierda más radical que también accede a firmar, fue muy criticado en ese momento.
“Boric es una figura clave en la firma del Acuerdo (de Paz) del 15 de noviembre del año 2019 y eso provoca una serie de críticas” especialmente dentro de la coalición de izquierdas a la que pertenece, el Frente Amplio, provocando de la renuncia de dirigentes y miembros de base de su propio partido, Convergencia Social, explica a France 24 Octavio Avendaño, académico del departamento de Sociología de la Universidad de Chile.
Eso se fue revirtiendo porque el Acuerdo ganó un cierto apoyo y las críticas se atenuaron con el paso del tiempo hasta validar el rol que tiene hoy.
Boric refleja “un liderazgo joven que ha superado la crítica a los partidos tradicionales, que a veces es pragmático, que sabe leer la coyuntura del contexto social y político”, explica Avendaño, al encarnar una nueva política vinculada al espíritu que emerge el 18 de octubre.
“Representa todo ese anhelo de cambio, sobre todo en el sector juvenil, en el sector excluido, de clase media, universitario”, señala Avendaño.
El Frente Amplio, que se presentó por primera vez a las elecciones de 2017 como una alternativa a la tradicional derecha y centroizquierda chilenas, ha ido ganando espacio en las alcaldías tradicionales en los últimos meses.
A partir de ahí la gran sorpresa se produce con la categórica victoria de Boric en las primarias de julio de la coalición Apruebo Dignidad, en las que competía con un largo tiempo favorito en las encuestas, el alcalde de Recoleta y miembro del partido Comunista Daniel Jadue. Sin embargo Boric se impuso con más del 60% de los votos, en una contundente e inesperado triunfo sobre su adversario. De ahí pasa a liderar durante muchas semanas las encuestas de preferencia de votos en las presidenciales.
"Representa una alternativa de transformación" en una democracia que tuvo un componente oligárquico muy fuerte. Pertenece a la generación y a los nuevos liderazgos que imponen una apertura para discutir temas nuevos. La agenda política se ha convertido en más amplia e incluyente y ha sido un factor constante para “dinamizar transformaciones institucionales”, cuyo mayor ejemplo es el proceso Constituyente, dice Marcelo Mella.
Se trata de una generación comprometida con “terminar con aquellas instituciones que representan la herencia de la dictadura del general Augusto Pinochet y eso ha motorizado el proceso que Chile vive en la actualidad", añade el académico y escritor político.
Boric por tropiezos al hablar de cifras: "Podré cometer errores, pero tengo las manos limpias" https://t.co/OERdOAaTmt
— BioBioChile (@biobio) October 22, 2021
Su falta de experiencia puede ser un punto flojo frente a sus adversarios. Si bien su mal manejo de las cifras ha marcado los chascarrillos del mundo político en los últimos días, para los analistas consultados su debilidad tendría que ver más con un equipo técnico que no es capaz de sortear con soltura como otros de sus errores programáticos.
*Publicado originalmente con el título Gabriel Boric, el líder estudiantil que apuesta fuerte por llegar a La Moneda.