Martha Lucía Bonilla no es una escritora de fin de semana; ha dedicado gran parte de su vida a perfeccionarse en ese mundo difícil de crear personajes, escribir historias, armar tramas, rematar momentos, los que luego, convertidos en libro, se van por el mundo en manos de los lectores.
Por eso, luego de realizar algunos talleres de escritura en los que a la par que descubría nuevos secretos para su oficio, desentrañaba nuevas claves y aprendía algunos trucos, se decidió a publicar su primer libro de cuentos para su satisfacción personal, y por qué no, para enfrentar ese reto de mil cabezas y mil decires que es el leedor.
Estuve en la Biblioteca Centenario, acompañando el momento, testimoniando la alegría de la primera vez frente al público, viendo la reacción de sus amigos que sabían que escribía, pero que no se lo creían mucho porque un escritor demuestra su oficio cuando deja su pensamiento en los libros.
Y allí estaba, frente a todos disertando sobre su trabajo, alzando entre sus manos el libro y regalando, a quienes serán en adelante sus lectores, algunas claves para descifrar esos códigos escondidos en las historias narradas. El lanzamiento de su libro de cuentos hace parte de la programación de la Feria Internacional del Libro de Cali, 2021 que va hasta el 31 de octubre.
Me dijo que quien lea su libro La extraña desaparición de Carmen Castrillón va a encontrar diez cuentos, muy distintos entre sí, pero con algunos hilos narrativos que los unen en relaciones intrincadas, difíciles, con finales inesperados.
El libro de tan solo 82 páginas esta bellamente editado e impreso por Fallidos Editores. Es un libro acorde con estos tiempos de lecturas rápidas y cortas. A continuación, una conversación con la autora.
¿Qué le decide a publicar?
Porque ya era hora. Es el momento de soltar, de liberar, de dejar que los escritos se defendieran solos. Es como cuando dejas que los hijos salgan: ya los formé, los eduque, es la vida la que ellos deben enfrentar y se tienen que defender solos.
¿No será que los libros a veces estorban en el alma y hay que sacarlos, compartirlos?
A mí no me estorban en el alma, pero me si me tenían frenada. Necesitaba dejarlos para ya poder voltear la página y seguir adelante.
¿Para qué dedicar tanto tiempo a construir personajes, crear historias en un mundo tan lleno de libros y competido con tanta publicación nueva, y además tan banalizado?
Aquí hay un fenómeno pues es un sentimiento muy interior y personal. Lo hago por mí, no lo hago porque salga a competir con otros, no lo hago para que sea elogiado, difícilmente que pase por historias banales en un momento tan difícil, culturalmente hablando, pero también veo gente muy valiosa, veo un resurgir del movimiento cultura, sobre todo en la ciudad de Cali, y creo que son esos instantes especiales los que ameritan que nos arriesguemos y demos ese paso.
¿Cuándo se escribe el primer libro y se da a conocer al público, se crea un reto: seguirse sosteniendo como escritora? ¿Qué tiene a futuro?
Esto de escribir es ya como respirar, es parte de lo que hago. Puede que no vuelva a publicar, pero seguiré escribiendo por siempre. Es una relación muy interna que tengo conmigo, sentarme a pensar una historia y luego escribirla y dejar que los personajes se expresen por medio de mi pluma. Es complicado darles una caracterización cuando ellos ya tienen su propia voz, cuando ellos ya tienen su propia personalidad, cuando ellos ya tienen un destino. Yo simplemente lo que hago es: escribir.
¿Qué aprendió de nuevo mientras escribió La extraña desaparición de Carmen Castrillón?
Aprendí a creer. Fueron momentos complicados: la Pandemia; el libro tiene dos años en el proceso de edición pues la pandemia me frenó totalmente, me puso en espera y yo paré. Yo decía: no es posible; yo alcancé a sentir en mi alma un poco de “se nos acabó el mundo” y dentro de ese se acabó el mundo, yo pensé que no iba a seguir escribiendo, entonces aprendí que hay que seguir adelante a pesar de las adversidades y aprendí que hay gente que siempre te está apoyando y cree en ti y finalmente pude publicar el libro.
¿Dicen que todo libro tiene algo de uno en su contenido; que tanto hay de Martha Lucia Bonilla en este?
Esa pregunta me hubiera gustado que la hubiese hecho alguien del público durante la presentación que hice del libro. Hay un personaje que no soy yo, pero tiene una característica mía que es mi infancia llena de miedos a la hora de dormir. En mi infancia yo vivía aterrorizada y hasta que el sueño no me vencía no cerraba los ojos porque tenía mucho miedo de los fantasmas, de los espíritus, de los ladrones, de todo lo habido y por haber, y dieron origen a un cuento muy bonito que se llama 'La redención de Ricardo Conde', y en donde algo de mí se ve reflejado en él.
¿Qué reflexión tiene para quienes desean decidirse a escribir historias bien sea en novela o en cuento?
Que no desfallezcan pero que sepan que es un proceso arduo que requiere de tiempo, de dedicación, que requiere de tesón para poder aguantar todo lo que se viene cuando expones tus obras para que otros las lean, los que te quieren bajar el ego porque no todos te darán conceptos buenos sobre tu trabajo. Se requiere estar centrados y aterrizados, pero no desistir. Lo importante es seguir porque creo que a todos los que escribimos lo único que nos mueve es que escribimos porque nos gusta hacerlo.
¿Qué canción le gustaría escuchar mientras piensa en lo que ha sido este lanzamiento de tu primer libro?
Estoy muy contenta, me he encontrado con gente muy querida, estoy como desubicada, no quiero nada especial, pero de pronto me gustaría escuchar la Sonata número treinta y dos, que es muy hermosa y que también hace parte del libro.
Alguien la llama para que firme su libro acabado de comprar; se ve feliz, y tiene que estarlo, el libro empieza a ser un gitano que camina en las manos de sus nuevos lectores.