Ahora que el gobierno del presidente Petro y el ELN tienen intención de iniciar conversaciones de paz, no de acordar la paz total, que es otra cosa, es bueno poner el tema en contexto. El ELN (Ejército de Liberación Nacional), grupo guerrillero de izquierda, fue creado en 1964 (¡hace 58 años!). Se han hecho varios intentos por diferentes gobiernos de alcanzar un acuerdo con ellos, pero hasta ahora ha sido imposible por una u otra razón.
Los últimos intentos de conversaciones se dieron al final del gobierno de Juan Manuel Santos; siguieron en el gobierno de Iván Duque, pero se rompieron, al parecer por las condiciones previas que imponía el gobierno del presidente Duque, que no eran aceptadas por el ELN y el posterior atentado y muerte de 22 cadetes el 17 de enero de 2019 en la escuela de cadetes de la policía General Santander.
Entonces, después de 58 años, es claro que las fuerzas militares colombianas no han podido derrotar al ELN, como tampoco pudieron derrotar en su momento a las Farc, grupo guerrillero aún más fuerte que el ELN. Es que derrotar a un grupo guerrillero tampoco es tan fácil y sobre todo si las condiciones sociales del país, se prestan para que estos grupos prosperen. Esta gran dificultad también la han tenido ejércitos tan poderosos como los de Estados Unidos y la Unión Soviética, que nunca pudieron derrotar a los movimientos guerrilleros en Afganistán y el de Estado Unidos en Vietnam. Pero por otra parte, es también muy claro que en Colombia, ningún grupo guerrillero podrá llegar al poder mediante el uso de las armas.
Los que más se han visto afectados por este conflicto violento son: el país porque debe destinar parte de su presupuesto para contener esta violencia, en desmedro de la solución de tantos problemas sociales que tenemos. También se ven muy afectados los campesinos y los habitantes de estas áreas de conflicto; los soldados y policías especialmente los de más bajo rango, que son los que principalmente caen en combate y finalmente los mismos integrantes de los grupos guerrilleros, que en su gran mayoría son conformados por campesinos y gente humilde.
Por todo lo anterior es que a las dos partes, gobierno y ELN, les conviene llegar a un acuerdo del fin del conflicto violento; pero nadie sabe si esto pueda ocurrir. Al igual que con las Farc, la paz no se va a alcanzar, sino que es muy importante que otro grupo de miles de combatientes dejen las armas.
Si se llega a buen término con este grupo, quedan otros actores violentos con los cuales es muy difícil de llegar a acuerdos, pues son grupos criminales alimentados por el narcotráfico y que les conviene más la guerra que la paz, pues es su negocio y manera de vivir. Entonces lo que le queda al estado es seguir combatiéndolos de manera decidida mediante el uso de la fuerza legítima, pero también con la presencia del estado en estas áreas olvidadas, llevando soluciones a sus problemas, creando condiciones para su desarrollo económico, etc. Si falta o falla alguna de estas dos cosas, Colombia seguirá en la “guerra eterna”, como lo señalan algunos medios internacionales.
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