Per Wästberg nació en noviembre de 1933 en Estocolmo. Es un escritor prolífico y ha incursionado en diferentes géneros literarios. Fue jefe de redacción del periódico Noticias del Día (Dagens Nyheter) y presidente del PEN Club Internacional. En 1964, junto con el abogado Hans Göran Franck fundaron la sección sueca de Amnistía Internacional. Ha obtenido varios premios y ha ocupado cargos importantes en el ámbito cultural sueco. Actualmente, es columnista del periódico Diario Sueco (Svenska Dagbladet). Es miembro de la Academia Sueca desde 1997 y ocupa la silla número 12. También es miembro del Comité Nobel. Este mes de octubre empiezan las actividades en torno al Premio Nobel. Esta entrevista se realizó por internet.
Javier Claure: ¿Podría contarme cómo trabajan los miembros del Comité Nobel?
Per Wästberg: Te respondo rápidamente, tengo mucho que hacer. Somos cinco miembros en el Comité Nobel. El primero de febrero de cada año recibimos, de todo el mundo, las nominaciones para el Premio Nobel de Literatura. Entonces enviamos alrededor de 450 invitaciones a universidades, al PEN Club, a exganadores del Premio Nobel y a otras instituciones. Hacemos una lista de los posibles ganadores, y luego agregamos nuestras propias sugerencias. Este proceso resulta en 220 nombres. A finales de marzo hacemos una nueva lista de 20 o 25 posibles nombres. Y a principios de abril, como presidente del Comité Nobel, doy conferencias sobre los nombres escogidos. En mayo escoge el Comité cinco nombres, y pedimos a la Academia que los apruebe, o que cambie un nombre por otro. Durante el verano; es decir, entre junio y agosto, todos los miembros del Comité leen las obras literarias de las cinco personas escogidas. Además, escribimos pequeños ensayos sobre esas obras, y lo hacemos sin consultar entre los miembros del Comité. El penúltimo jueves de septiembre está dedicado a la presentación de los cinco posibles ganadores o ganadoras del Premio. El siguiente jueves se habla sobre las obras escogidas, el tercer jueves buscamos llegar a un acuerdo en consenso. Y el cuarto jueves anunciamos el nombre del ganador o de la ganadora del Premio Nobel de Literatura.
J.C.: Usted ha estado en algunos países de África. Ha conocido personalmente a Robert Mugabe ¿Por qué y cuándo empezó su interés por África?
P.W.: Desde mi infancia siempre me ha fascinado África. He leído libros, para niños, sobre el continente africano como, por ejemplo, de la gran escritora Karen Blixen. Hice un curso de geología africana en la Universidad de Harvard. Y solicité una beca de Rotary en 1958, afortunadamente la obtuve. Quizá porque elegí una universidad que no tenía ni un solo estudiante extranjero. Me refiero a la Universidad Salisbury de Harare, en Rhodesia, actual Zimbabue. Allí estudié literatura africana concerniente a la década de los años cuarenta en adelante. Vi las injusticias de cerca y luché contra el racismo. Entonces fui deportado a Sudáfrica, en donde conocí a Nelson Mandela y a su entorno social antes de que fuera encarcelado. Viajé casi por toda África, y he visitado ciertos países africanos cada dos años, principalmente los países del sur y del este de África.
J.C.: Por último, Jorge Luis Borges fue uno de los escritores más importantes de América del Sur. Su nombre se barajó, varias veces, como posible ganador del Premio Nobel de Literatura. ¿Cuál cree usted que fue la razón para no otorgarle este prestigioso galardón?
P.W.: Es una tragedia que Borges no haya recibido el Premio Nobel. Fue el error más grande de la Academia, junto con Vladimir Nabokov y Karen Blixen. La idea era que el premio deberían compartirlo entre Borges y Miguel Ángel Asturias. Asturias recibió el premio, mientras que Borges hizo el ridículo cuando recibió una condecoración de las manos del dictador Augusto Pinochet.