Durante más de cuatro días, a través de 151 eventos en 45 escenarios en Cartagena, Medellín, Riohacha, Aracataca, Arjona y Carmen de Bolívar, más de 55.000 personas disfrutaron de esta gran fiesta de las letras.
Fueron más de 160 invitados los que participaron en el festival. Hubo personalidades de la política, la ciencia, el deporte, la literatura, la música y el arte. Escritores como Hisham Matar, Maylis de Kerengal, Leonardo Padura, Ana María Machado y Joel Dicker; caricaturistas e ilustradores como Alberto Montt y Ricardo Liniers; artistas como Fernando de Szyszlo; neurocientíficos como Ignacio Morgado, Suzanne O´Sullivan y Henry Marsh, y líderes políticos como los expresidentes Cesar Gaviria de Colombia, Laura Chinchilla de Costa Rica y Felipe Calderón de México quienes conversaron sobre el legado de Hugo Chávez, hicieron del Festival un espacio de encuentro para dialogar sobre las más diversas temáticas de la coyuntura mundial.
Sobresalió la presencia del músico británico James Rhodes que brindó conciertos en Medellín y en el Centro de Convenciones de Cartagena, la charla con Henry Marsh, el cirujano que vino a hablar de la neurociencia, la presentación del documental El silencio de los fusiles de la periodista Natalia Orozco (primero en narrar el proceso de paz con las Farc) y el stand up ilustrado de los caricaturistas Liniers y Montt. Por otra parte, el cubano Leonardo Padura pasó cerca de una hora firmando libros después de una charla en la que fue entrevistado por Héctor Abad Faciolince.
El Hay Festival sirvió también como termómetro. El balance final de cada festival permite tantear cuáles de sus autores son los preferidos del público. Al terminar cada una de las charlas, una mesa con los libros de cada autor está a la salida del lugar. Si fue buena, la gente se abalanza a comprarlos con la esperanza de tener un ejemplar firmado. Los libros más vendidos de esta versión fueron Los Romanov, de Simon Montefiore; El hombre que amaba a los perros, una novela de Padura; El regreso, del libio Hisham Matar, un texto dramático sobre su regreso a su país; Ante todo no hagas daño, de Henry Marsh y el quinto fue Instrumental, del pianista Rhodes.
Este año, cerca de un 40% de los eventos del festival fueron gratuitos, para acercar la cultura a un número mayor de personas. También se trató de incluir a quienes no pudieron presenciar las charlas, con la transmisión de 38 conversaciones vía streaming. Igualmente, un total de 350 estudiantes participaron del festival también de manera gratuita. Más de 1000 niños y 1600 adultos participaron a través del Hay comunitario en municipios como Aracataca, Arjona y Carmen de Bolívar. Alrededor de 1000 jóvenes disfrutaron del Hay Joven, espacio que continúa consolidándose y que abre el Festival a las nuevas generaciones.
En esta XII edición del Hay, se celebraron los 50 años de la publicación de Cien años de Soledad. Para ello, en la Casa del Marqués de Valdehoyos se rindió tributo al realismo mágico de Gabo y por cerca de 48 horas algunos de los invitados, junto a ciudadanos y visitantes leyeron el texto del Nobel en diversos idiomas.
El Hay Festival 2017, como ha sucedido en los últimos años, tuvo también un espacio privilegiado para la música. Las calles cartageneras se tiñeron de salsa con las notas de Yuri Buenaventura en la noche del jueves; de música clásica con en el piano de James Rhodes en la velada del sábado, y de música andina en el teatro Adolfo Mejía durante la noche del domingo. Las cuerdas del grupo Renaceres, la voz de Maria Isabel Saavedra, y las melodías del Barbero del Socorro armonizaron a Cartagena con un tributo al bambuco, con el que se cerró el Festival.