Hace un par de horas leí un artículo de la revista Semana en el que alguien que yo respeto mucho hablaba de construir en medio de la destrucción. Era una voz que invitaba a la esperanza. Era la voz de Antanas Mockus.
Desde otra óptica, ayer temprano al leer la fatídica noticia sobre el retorno oficial al método de Uribe y sus secuaces, no pude reprocharle al senador Gustavo Bolívar su reacción emocional en su cuenta de Twitter. En su mensaje llamó cínico, psicópata, sinvergüenza y maldito a Uribe. Por su parte, Gustavo Petro se enfrentó en redes sociales a la muy cuerda y pacífica santa Paloma Valencia. Petro le recordó que gracias a la gestión de su abuelo surgieron las Farc, que Juan Manuel Santos las sentó en una mesa de diálogos y logró un acuerdo casi imposible; pero que Duque-Uribe se ingeniaron para volverlas a crear. Estoy parafraseando; pero esa en su contexto era la idea. Mi reacción también fue emocional y a la vez certera conforme a lo que publiqué en mi página de Facebook, y corrobora lo que escribí el pasado domingo: el diablo existe y es colombiano y ya sabemos su nombre. Como ven la oposición en pleno está indignada con la actitud rastrera del guerrerismo uribista. Y es que sin guerra y sin violencia ellos desaparecerían del mapa político. El día que se dé una alianza entre las fuerzas políticas sensatas, democráticas y amigas de la reconciliación ese día nacerá un nuevo país.
Por otra parte, las veces que más he llorado en mi vida fueron el día de la muerte de mis seres amados, incluida Lira mi mascota; y el día en que el no a la paz le ganó al sí; y por supuesto ayer. La lejanía te vuelve más vulnerable. Pero hoy no solamente nos clavó el puñal Uribe y sus secuaces, también las disidencias de las Farc, encabezadas por Márquez y sus secuaces. Esto parece más una confabulación entre enemigos a muerte y ya explico por qué. Ambos adversarios tienen pocas ideas o nulos ideales y paupérrima filosofía y muchas ganas de sangre y no sé cuántas cosas más. Y no me estoy retractando, pues reafirmo que el gran responsable de este retorno declarado a la barbarie es Uribe. El expresidente regresó a su hábitat natural: la guerra y la sangre. Pero hay piezas que no encajan en este problema de ajedrez del conflicto Colombiano. Por ejemplo, cómo se les escapó el invidente Santrich, ante un gobierno y unas Fuerzas Militares que presumen de su inteligencia? Pareciera que le dejaron el camino libre para que regresara con sus compinches. Si lo extraditaban justa o injustamente o si lo llevaban a prisión lo victimizaban. Uribe y sus secuaces esperaban esta oportunidad. Por eso, creo, que permitieron este reagrupamiento de bandidos para sacar provecho de la situación.
En un país en guerra Uribe, el demonio, vuelve a ser dios y sus adoradores le entonaran alabanzas noche y día. Hace poco escuché el discurso de Duque, en realidad palabras de Uribe, y ofrece astronómicas sumas de dinero por la captura de los guerrilleros que se declararon en rebelión contra este narco-Estado criminal y corrupto. No había plata para implementar la paz y ahora por arte de magia apareció. Todos los Gremios van a aportar para exterminar a los rebeldes. Van a poner el oro y el moro para la guerra, y no le apostaron a la paz. Me disculpan la expresión, pero qué doble moral y qué perversidad tan hijuemama. Con razón dice la Biblia que los hijos de la oscuridad son más astutos que los hijos de la luz. Oscuridad, aclaro, de ambas partes, porque estos perversos guerrilleros, le clavaron el puñal a la esperanza de millones de colombianos. Todo estaba indicando que en las próximas elecciones Uribe y sus secuaces serían derrotados en las urnas, y todo indicaba que en el juicio en la Corte Suprema de Justicia a Uribe se le venía el mundo encima, pero estos oscuros señores resucitaron al señor de los cielos. Ahora los ingenuos adoradores del diablo ven todo muy fácil y no se dan cuenta que como está el eje colombo-venezolano los más seguro aquí metan las ñatas los Maduros, los Putin, los Trump, los rusos, los chinos, los gringos. Que los cínicos se rían de mí, pero algo o mucho sé de geopolítica. Eso buscaba Uribe, eso querían estás disidencias, eso quería Estados Unidos. Pero los seguidores del intocable-innombrable se creen muy inteligentes y estudiados. En medio de este terrible panorama voces como la de Antanas Mockus invitan a construir. Los que amamos la sensatez, los argumentos y las ideas nos comprometemos a intentar construir cuando lo que se ve venir es la destrucción.