El genio de la música clásica Zubin Mehta, un director de Orquesta de renombre mundial, estuvo en Bogotá dirigiendo a la Filarmónica de Israel. Ofreció un ensayo abierto al público y un concierto extraordinario el pasado jueves 11 de agosto.
Mehta nació en Bombay en 1936 y se trasladó a Viena en 1954, donde fu discípulo de Hans Swarowsky. Repasar su vida artística nos conduce a las capitales de la música en el mundo, los festivales más importantes y las orquestas más prestigiosas entre ellas, las Filarmónicas de Viena, Berlin e Israel, quienes le rindieron tributo al cumplir 50 años de su colaboración musical. La lista de ciudades y las más altas distinciones en su honor pasa por países de los cinco continentes. El gobierno de India, su país natal, le otorgó en Septiembre de 2013 el “Tagore Award for Cultural Harmony”, lo cual habla, consecuentemente, de su vida y obra artística con la convicción de que la música acerca el alma de los seres humanos y conduce a la armonía en la convivencia social de los pueblos. Es decir, logra la Paz.
Precisamente, con su hermano Zarin, es copresidente de la Fundación Mehli Mehta -en honor a su padre- en Bombay, ciudad desde la cual más de 200 niños son formados en la música clásica occidental. Al tiempo, la Escuela de Música Buchmann-Mehta en Tel Aviv apoya jóvenes talentos en Israel, un modelo de convivencia a través de la música mediante un programa de enseñanza a jóvenes árabes israelíes en dos ciudades: Shwram y Nazareth.
El Maestro Zubin Mehta regresó a Bogotá al frente de la Orquesta Filarmónica de Israel, luego de su primera presentación en 2013. Esta fue una nueva oportunidad privilegiada para el público de Colombia, gracias a la excelente programación del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
El concierto se realizó en homenaje a Don Isaac Gilinski, del Banco GNB Sudameris, en palabras de presentación y agradecimiento del Director del Teatro Mayor, Ramiro Osorio y representantes de la Familia Gilinski. La presencia de la Orquesta Filarmónica de Israel dirigida por el Maestro Zubin Mehta, ratifica a Bogotá dentro de las capitales culturales más importantes de Suramérica.
El programa seleccionado por el Maestro Zubin Mehta fue un recorrido in crescendo por el romanticismo:
Para abrir el concierto, Mehta escogió un movimiento: el Andante del cuarteto no. 1 op. 11 de Piotr Illich Tchaikovsky, - Andante cantabile- , excelente inicio para crear la atmósfera de todo el programa. Dice Carolina Conti en sus notas didácticas: ”el primer tema está basado en la canción Sidel Vanya que Tchaikovsky había escuchado en Ucrania en casa de su hermana. Pleno de lirismo y melancolía, lleva a un segundo tema original lleno de vitalidad y pasión romántica. Hoy sigue siendo considerada como uno de los mejores ejemplos del romanticismo ruso”.
La siguiente obra fue el Concierto para cuatro cornos y orquesta, en Fa Mayor, op. 86 del compositor alemán, Robert Schumann. Esta se estrenó en 1950 pero fue calificada de gran dificultad para tocarla. Desde entonces cayó prácticamente en el olvido. Dice Carolina Conti en las notas al programa: “el nuevo corno o trompa que se asociaba a las bandas militares del siglo XVIII y a la cacería, había tenido un cambio enorme en el siglo XIX , lo cual ampliaba las posibilidades técnicas del instrumento. Gracias a la posibilidad de producir toda la escala cromática, Schumann pudo aprovechar toda la gama de colores, desde lo más sombrío hasta lo más brillante y luminoso y crear una gran riqueza de texturas. Schumann trata (al grupo de los cuatro cornos solistas) como un cuarteto de cuerdas que dialoga con la orquesta”. Esta obra fue un momento muy alto del concierto: el público estaba maravillado con los cuatro cornos solistas, los cuatro virtuosos de Israel: Dalit Segal, Michael Slatkin, Itamar Leshem, Yoel Abadi, los cuatro virtuosísimos, sosteniendo perfecta afinación en una altura de 2.600 metros y un viaje desde muy lejos con una Orquesta de más de 80 músicos. El Maestro Zubin Mehta conquistó por su precisión, su expresividad y su solemne grandeza, propia de su sencillez.
El final del programa , la Sinfonía No. 9 en Do Mayor D. 944 de Franz Schubert, obra esperada desde el inicio, es inmensamente profunda en su carácter Romántico. Una obra rescatada del olvido por Robert Schumann y gracias a Mendelssohn, quien la puso en vigencia y dirigió su estreno en la Gewandaus de Leipzig, en 1839. Once años más tarde de la muerte de Schubert, quien nunca llegó a escucharla, la atmósfera del concierto en ese momento de elevación del espírtu y belleza sublime lo expresó el público en la ovación final al Maestro. Sin duda, Zubin Mehta transformó el corazón de cada persona que escuchó su música lograda con la Orquesta Filarmónica de Israel. El ancore lo trajo de vuelta al escenario con Nimrod (ix variación) de las catorce Variaciones Enigma (Variaciones sobre un tema original) de Edward Elgar y la obertura del Barbero de Sevilla de Gioachino Rossini. Esperamos su regreso.