La denominada "rebelión de las canas" triunfó al menos en primera instancia y ante la posición inexplicable del presidente Duque, quien ha prestado poca atención a quienes todavía podemos aportar algo en este país, tan necesitado del consenso y el aporte de la experiencia.
En mi medio he insistido en la necesidad de que se replantee quienes rodean y asesoran al primer mandatario para que no continúen la serie de decisiones que luego tienen que rehacerse ante el empuje de la opinión ciudadana, como en el caso del trato a los mayores de setenta años, tratados con frases aparentemente cariñosas de "abuelitos", pero en esencia con significados negativos.
Todos merecemos en esta pandemia tratos iguales y respeto para restarle terreno a las medidas por decreto y a la fuerza que nunca llevan a buen puerto.