Los grupos de golfistas del Club Campestre en Cali, no podían creer el video que rotaba entre los chats de Whatsapp: uno de los socios Said Kamle Bustos involucrado con tráfico ilegal de oro. La fuente, nada menos que la Fiscalía General de la Nación.
Las imágenes eran fuertes. Se trataba del cierre de un operativo de gran calado, que terminó en la captura de Kamle, un socio de vieja data de varios clubes privados de la capital del Valle. En el video se le ve al momento de salir de su apartamento esposado y escoltado por agentes del CTI. Se ve también su esposa y sus dos pequeños hijos presentes en el lugar, es el momento de la captura. Los agentes del CTI muestran en su grabación los lujos de su apartamento ubicado en el reconocido sector residencial de Pance al sur de Cali, el 14 de abril. El viernes siguiente a su captura, Said Kamle faltó, para extrañeza de todos, a su noche de Póker, una cita habitual con algunos de sus amigos y compañeros javerianos.
Se trataba del empresario Said Kamle Bustos a quien la justicia colombiana lo señala de ser la ficha clave del engranaje de un conglomerado empresarial que llevaría décadas comercializando ilegalmente oro colombiano en países tan lejanos como Turquía, Rusia o Emiratos Árabes.
Con 44 años, graduado en administración de empresas en 1999 en la Universidad Javeriana de Cali tiene además un MBA de la Florida International University. Muy joven, desde el 2010 se familiarizó con el negocio del oro cuando entró a ocupar, en 2010, el cargo de director de operaciones de NTR Metals.
Su papá, también Said, es conocido en el mundo de los negocios, inmigró del Líbano e incursionó como muchos de la colonia siriolibaneses en el despegue empresarial de Cali en la década de los 60, en el negocio de los textiles. Fue fundador de Telka, una reconocida cadena de distribución de telas con amplio bagaje en el Valle, en Bogotá y también en Ecuador y Venezuela.
Esas relaciones comerciales y sociales le permitieron a Said Kamle mantener una doble agenda: la del rico y exitoso empresario que cubría su actividad delincuencia clandestina que mantuvo durante muchos años. Pero su nombre estaba en el radar del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Al mismo tiempo la Fiscalía colombiana en cabeza de Francisco Barbosa también le venía siguiendo los pasos desde hace seis meses. Antes de llegar a su casa a capturarlo, al menos 25 personas de su confianza ya habían recibido la visita de los agentes del CTI. Las capturas se efectuaron articuladamente en Cali, Medellín, el municipio de Guapi (Cauca) y el municipio de Galeras (Sucre) entre el 12 y el 15 de abril.
El seguimiento al que estaba siendo sometido permitió mostrar que el caleño estaba al frente de cuatro empresas comercializadoras de oro señaladas de realizar operaciones simuladas para legalizar oro extraído ilegalmente de varias zonas de la región Pacífica. Las empresas fueron identificadas como NTR Metals Colombia SAS, CI NTR Metals Zona Franca SAS, y Precious Metals Investments SAS. Según el gobierno de Estados Unidos, Kamle Bustos sería representante legal y principal de tres de estas y el liquidador de la cuarta.
Las autoridades tienen pruebas que sustentan al menos 117 exportaciones ilegales de oro realizadas por dicho entramado empresarial, todas coordinadas por Kamle en la sombra de estas.
NTR Metal Zona Franca S.A.S, una de las cuatro compañías a nombre de Said Kamle, ocupó el tercer lugar en el ranking de empresas más grandes del Valle del Cauca en el 2017 con activos de $24,633 millones e ingresos que alcanzaron los 2.8 billones.
Una de las redes impactadas habría lavado activos por 5,8 billones de pesos. A varios de los principales articuladores de las maniobras ilícitas les fueron ocupados bienes con fines de extinción de dominio por 74.000 millones de pesos. pic.twitter.com/7tVuyvuPFE
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) April 15, 2021
Otra comercializadora intervenida, también caleña, es IRCA C.I. S.A.S, acusada de comercial ilegalmente 1.699 kilos de oro extraído ilícitamente en Guapi, López de Micay, Timbiquí y el Naya. Dicha empresa sustentaba las compras a través de certificados que relacionaban un sin número de presuntos barequeros, los cuales no tendrían relación con dicha actividad ni vínculo con la empresa. De esta manera, la comercializadora habría evadido los controles de las autoridades, obtuvo aval de la Agencia Nacional de Minería y envió las casi 1.7 toneladas del metal precioso a Estados Unidos, Rusia, Emiratos Árabes y Turquía.
Son nueve las personas señaladas de participar en este andamiaje, las cuales fueron capturadas. entre ellas los representantes y demás miembros del gobierno corporativo de la empresa IRCA C.I. S.A.S, y los encargados de comprar el oro, transportarlo y garantizar la legalización para la salida del país.
La Dirección Especializada de Extinción del Derecho de Dominio de la Fiscalía impuso medidas cautelares de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo sobre 18 inmuebles, 12 vehículos, 6 sociedades, 4 establecimientos de comercio y 14 productos financieros de diferentes entidades bancarias, cuyo valor superaría los $ 74.000 millones.
Gran parte del oro comercializado por dicho conglomerado vendría del Bajo Calima y Anchicayá, jurisdicción de Buenaventura, donde se ha constatado un grave daño ambiental a los ríos Dagua, Calima, Serpis, Bocas de Calima y Malaguita. La Fiscalía lo acusa además de una operación de lavado de activos superior a los $ 1,2 billones que corresponderían a exportaciones ficticias arregladas por el empresario y su equipo.
La vida de lujo y excesos de Said Kamle entra en un callejón más que oscuro. Permanece detenido presuntamente en las instalaciones de la Fiscalía en Cali. Allí permanecerá aislado a la espera de juicio en donde tendrá que responder por cargos de lavado de activos, concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, daño en los recursos naturales, contaminación ambiental y explotación ilícita de yacimiento minero.
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