¡Ojalá gane Fico para que continúe esa Colombia honesta, justa y equitativa de la que hemos disfrutado en los últimos 20 años de uribismo y es envidia y modelo, sin igual, para esos países que cayeron en el maldito castrochavismo!
¡Ojalá gane Fico para que salve a esos prohombres de la Oficina de Envigado y del Clan del Golfo que tanta paz les han prodigado a los nuestros!
¡Ojalá gane Fico, en verdad, para garantizar que este paraíso de país que es Colombia, en el que las Embajadas de Estados Unidos y España en Bogotá no reciben una sola solicitud de visa, continúe así!
Un país como Colombia en el que la educación no tiene que envidiar la de Corea del Sur, Finlandia y Japón, porque nuestros estudiantes sacan 150 puntos de 300 en promedio en las pruebas Saber y sus profesores son unos compulsivos lectores de 40 libros al año y sus escritores más reconocidos son invitados por el Gobierno a las más importantes Ferias del libro del mundo, porque tiene innumerables argumentos para enfrentar las muy minúsculas críticas que puedan formulársele.
Es Colombia, pues, ese país que se merece un Fico como mandatario, porque este es el candidato que brilla con luz propia, el de una sensibilidad tal que le cabe la diversidad y pluralidad de la nación, una inteligencia capaz de asimilar, como ninguno, la política internacional y monetaria de nuestra patria, la cual él va a ajustar, precisamente, a ese lema de batalla suyo de "plata es plata" muy propio de esa empresa de los valores en la que se ha traducido la Colombia de los días del Frente Nacional hasta los nuestros.
¿Saben? Es Fico, porque su capacidad propositiva y conocimiento de la realidad nacional desborda lo que los demás candidatos han podido llegar a decir sobre economía, educación y justicia.
Fico representa conservar la tradición, esa tradición uribista que, por muy extraño que les parezca, llegaron a defender aquellos que perdieron la retroactividad de las cesantías, que vieron menoscabado el valor de sus horas extras, que se les flexibilizaron sus contratos de trabajo y se les aumentó el tiempo de jubilación, a los que se les propone trabajar por horas al mejor estilo gringo, porque han llegado a escalar socialmente a la clase media, si se entiende que ya ganan un salario mínimo conforme a lo que afirmaron, en algún momento, el Dr. Alberto Carrasquilla y un Director del DANE de cuyo nombre no es importante acordarse.
He ahí al candidato Fico Gutiérrez, el que va a salvar a Colombia de lo que hemos tenido y nos ha convertido en ese solaz de país en el que vivimos "sabroso", porque no se discrimina, porque la libertad de expresión es un hecho palpable en el que un homicidio es una alerta para el conjunto de la sociedad sin distinción de clases e intereses, porque los medios de comunicación son agentes éticos de la denuncia pública de los abusos de la clase política, porque Colombia seguirá siendo ese país uribista que tanto quieren aquellos que pueden transitar en sus vehículos por las vías de este hermoso país lleno de semovientes cuando no de baldíos al servicio de generosos latifundistas.