La conmemoración del día de la memoria y solidaridad con las víctimas del conflicto armado, que se celebra cada 9 de abril desde que se aprobó la Ley 1448 de 2011 (Ley de Víctimas), ha determinado un nuevo camino en la interpretación de la necesidad de hablar de verdad, justicia y reparación.
Teniendo en cuenta lo anterior, ¿quién podrá olvidar la barbarie de la guerra que ha cobrado la vida de cerca de 220.000 personas, una población similar a la ciudad de Popayán? Así, recordar estos episodios de sangre nos debe servir para que reflexionemos hacia dónde estamos dirigiéndonos como país. No olvidemos que un día como hoy, en el que Colombia fue proclive a la guerra, después del asesinato de las mejores ideas que ha tenido el liberalismo, encarnado en el caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, significó el desborde de la violencia que nos sucumbió hacia la desesperanza y el miedo. Sin embargo, el país parece que está tomando conciencia de que las guerras no traen victorias sino derrotas para una sociedad que necesita de ávida dignidad, equidad, garantías del debido proceso, justicia y una clara muestra de solidaridad del Estado.
Actualmente, el panorama de paz y de reparación de víctimas parece tener una voz sin eco de partidos políticos. Existe hoy una sociedad más crítica y reflexiva que no le cree a la inmediatez de la información, una sociedad que está perdiendo el miedo a exigir el restablecimiento de sus derechos, una sociedad que quiere dar un salto cualitativo a la interpretación de país, una sociedad que ha entendido en que el mejor acto de democracia es creer que no hay monarquías absolutas que puedan enajenar sus derechos. De esta manera, estamos aprendiendo a que el poder primario constitucional está en cada uno de los ciudadanos que indagan y reflexionan de sus entornos, asimilando que esta será la única manera de hacer un homenaje a las víctimas de un conflicto en donde el poder, el dinero y la corrupción acabaron por crear el imaginario donde la muerte hace parte del discurso nacional.
Finalmente, que este fecha sirva para entender que hemos aprendido de todo como seres humanos, menos a respetarnos en nuestras diferencias. Tal vez ahí está la respuesta de nuestras discrepancias.