Un aniversario es motivo de celebración, pero en el caso de la sentencia T302 del 2017 para La Guajira, la celebración ha tenido que ser aplazada indefinidamente, porque hasta el día de hoy, no hay ningún motivo para celebrar.
Esta sentencia que vió la luz el 8 de Mayo del 2017 y nacía como el camino a la solución de los problemas de agua, alimentación, salud y participación para población Wayúu en la Guajira, sigue como el primer día, en pañales.
La sentencia T302 del 2017 fue creada gracias a la labor de La Corte Constitucional que logra detectar una serie de “cosas inconstitucionales” en la Guajira, luego de la alarmante cifra que fue conocida en el año 2014 donde se reportaban cerca de 4.700 muertes de niños indígenas que hoy suman mucho mas relacionados a problemas de desnutrición, en un periodo de 5 años. La sentencia T302 el 2017 era la guía perfecta para lograr armar planes de gobierno, rutas de acción y así mitigar los años del abandono, corrupción y olvido Gubernamental a los que estuvieron expuestos durante años en la región norte del País, sin embargo y después de 3 años, los planes de acción siguen en una permanente prórroga.
una de las líderes indígenas y que recorre la región, afirma que la población Wayúu, vio como la sentencia les daba la oportunidad de reunirse por fin con los sectores del gobierno y así construir la manera como las comunidades Wayúu querían ser intervenidas en los planes de desarrollo, sin embargo las mesas de diálogo que fueron instauradas apresuradamente a finales del 2019 sin cumplir con el trabajo efectivo pues los emisarios enviados por parte del gobierno para adelantar los diálogos, no tenían poder acción, ejecución y cambio sobre las peticiones que les hacía la comunidad.
¨Sentimos que la instauración de las mesas de diálogo fue una obligación que tuvo que cumplir el Gobierno frente a la Corte interamericana de derechos humanos¨ afirma la líder, ya que desde el 2015 la Corte le había ordenado al Gobierno Colombiano instaurar una serie de acciones para preservar la vida de los niños y niñas Wayúu que pertenecían a los territorios de Manaure, Uribia, Maicao y Riohacha y hasta el momento no se había articulado ningún plan de acción efectivo.
Sin embargo el problema de comunicación entre el Gobierno y el pueblo Wayúu, radica en la desarticulación del territorio con la instauración por parte del Ministerio del Interior , de un listado de Autoridades Tradicionales , sin la previa verificación real del linaje materno y lo que antes era un sólo territorio, donde todas las comunidades compartían molinos y pozos de agua, se convirtió rápidamente en micro territorios con dueños a los que se debía pedir autorización para el consumo de agua, agravando con esto la situación de la población.
¨En estos 3 años el estado ha hecho caso omiso en el cumplimiento de la Sentencia T302 del 2017 y esto se ve reflejado hoy con la difícil situación en la que nos encontramos¨ advierten varios pobladores del territorio quienes hacen acompañamiento en la zona norte del departamento, de las entregas humanitarias durante este tiempo de cuarentena.
El problema de agua y alimentos dentro de las rancherías se ha hecho más visible con la imposibilidad que tenemos los indígenas de salir a comercializar las mochilas que nos dan el sustento diario, por eso, hoy cuando llegan las ayudas humanitarias (1 caja por familia) no es suficiente para calmar el hambre de las familias , ya que con el mercado suministrado sólo alcanza a comer una familia de 4 integrantes durante 3 días y hoy ya completamos más de 40 días de encierro y no hemos recibido nada más, es muy triste ver a los niños llorando por hambre.
Muchas veces, las familias se han visto obligadas a vender 1 libra de arroz o los suministros que llegan dentro de las ayudas humanitarias para comprar agua y no morir de sed, pues hace más de 1 año y medio no cae ni una sola gota de lluvia en La Guajira, afirman, además agregan ¨es muy difícil que las ayudas lleguen de manera permanente, pues no tenemos vías de acceso a los territorios y en muchas oportunidades, estas entregas se hacen de manera desordenada y sin ningún control; nosotros que vivimos en el casco urbano de Uribia aguantamos hambre, imagínese las familias más alejadas de la periferia¨ concluye.
Este problema aumenta hoy en día con la llegada de población flotante que retornó al territorio una vez se dio inicio a la cuarentena, pero que no se encuentra registrada como habitantes permanentes, por lo tanto, no hacen parte de ningún listado para la recepción de ayudas humanitarias ¨Son indígenas Wayúu que se encontraban viviendo en Venezuela y retornaron a Colombia con el inicio de la pandemia y es por eso que no hacen parte de los censos de la población, pero no podemos dejarlos morir de hambre y hemos tenido que brindarles ayuda afirma una líder de la región.
Según cifras del Instituto Nacional de Salud, este año se han reportado 18 muertes de niños muchas no son reportadas,por enfermedades relacionadas con desnutrición y se estima que el subregistro de muertes pueden aumentar las cifras, sin embargo los mismos habitantes de la región creen que la verdaderas estadísticas de muerte de niños se disparará durante los meses posteriores a la cuarentena cuando se refleje el estado de salud de los menores y de la población confinada.
Hoy, a 1 mes de aprobarse los planes de desarrollo en la Guajira, muchos de ellos concertados con la comunidad a través de encuestas virtuales, se espera que por lo menos la línea base de los planes haya sido articulada teniendo en cuenta los objetivos planteados en la sentencia T302 del 2017 para que los recursos sean destinados de manera efectiva a las necesidades básicas de agua y alimentación de manera sostenible y efectiva y así disminuir considerablemente las muertes de los niños en la Guajira, pero mientras esto ocurre , los reportes de menores de edad que han sido ingresados a las instituciones de salud por encontrarse en un alto nivel de desnutrición siguen en aumento.
El inicio de las actividades presenciales en todos los departamentos es aún incierta y los llamados a rendición de cuentas de los entes accionados en la sentencia T302 del 2017 ante el Tribunal de Riohacha aún no tiene fecha definida y seguramente será aplazada por la contingencia que se presenta en todas las regiones del país.
Sin embargo creemos que si las Alcaldías de Riohacha, Manaure, Uribia, Maicao y en general el departamento de la Guajira ha hecho un trabajo técnico ajustado a las necesidades presentadas en la sentencia, se puede lograr dar un primer paso en la construcción de una política de desarrollo real enfocada en las necesidades del pueblo Wayúu, de lo contrario, los titulares de prensa seguirán llenándose de imágenes esqueléticas de niños que reclaman atención urgente por estar al borde la muerte.
Esta pandemia se ha encargado de visibilizar la deficiencia de atención , no solo en temas de salud, de las poblaciones más vulnerables que habitan el territorio Colombiano, sino de las necesidades básicas insatisfechas en el país y esa es precisamente la gran labor que tiene ahora el Gobierno de frenar la corrupción tomando decisiones y destinar los recursos que se necesitan de manera urgente en los territorios. Morir de hambre no puede convertirse en la segunda Pandemia que ataque este año al territorio colombiano.
Esperemos que el próximo cumpleaños podamos celebrar por fin el nacimiento de una sentencia que comience a caminar y que no muera en el olvido como muchos de los niños que ella quiere salvar.el gran interrogante es quien responde judicialmente por la muerte sistemática de niños por hambre,resulta altamente vergonzoso desde cualquier ángulo ver como campea la desesperanza y la impunidad reina mientras los indefensos mueren.
