Para nadie, los efectos nocivos del cigarrillo son un secreto. Ni siquiera los mismos fumadores ignoran el hecho de que ese hábito es perjudicial y les puede traer una cantidad abrumadora de problemas de salud. Cáncer, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (Epoc), bronquitis y accidentes cerebrovasculares son solo algunas de las patologías que se pueden desarrollar a causa del consumo continuo de tabaco. Según el Ministerio de Salud y Protección Social, en Colombia mueren 34 mil personas al año aproximadamente como consecuencia de alguna de estas complicaciones.
No obstante, y a sabiendas de este riesgo, para quien fuma, es muy difícil dejar de hacerlo debido a la nicotina, sustancia química que produce un efecto placentero temporal y hace que la persona tenga necesidad de volver a experimentarlo fumándose otro cigarrillo. Este círculo vicioso, sumado a los cambios físicos producidos al tratar de dejarlo –conocidos como síndrome de abstinencia– hacen que cambiar el hábito sea un reto casi imposible.
Según la American Cancer Society, 2 de cada 3 fumadores han expresado en algún momento su deseo de dejar de serlo, lo que ha obligado a los científicos a desarrollar estrategias con ayuda de la tecnología.
Entre estas herramientas tecnológicas ha aparecido un collar sobre el cual aseguran que puede ser muy efectivo para dejar la adicción. Este, bautizado como SmokeMon por los investigadores de la Universidad de Northwestern que lo desarrollaron, tiene la capacidad de medir la cantidad de veces que fuma su portador, así como el número de fumadas que le da al cigarrillo, el tiempo promedio de cada una y a los médicos, les permite estimar la cantidad de monóxido de carbono que ingresó al organismo.
Los científicos explican que este proceso puede ser parte de una estrategia para quienes están en el proceso de dejar de fumar porque puede identificar cuántos cigarrillos son necesarios para que se pueda diagnosticar una recaída entendiendo que el proceso es progresivo y que no se puede pretender que se detenga totalmente el consumo de un momento a otro.
Son diversos los tipos de tratamientos a los que los fumadores tienen acceso para tratar su adicción. El principal y que tiene el uso más extendido es la terapia de reemplazo de nicotina, la cual consiste en administrar este químico en formas diferentes al cigarrillo tales como chicles o parches que se pegan al cuerpo con el fin de ayudar al paciente a dejar la nicotina de manera progresiva.
También existen medicamentos como bupropión o vareniclina, los cuales son considerados esenciales por la Organización Mundial de la Salud. Se utilizan para reducir la ansiedad provocada por dejar de consumir nicotina y de esta manera, mitigan los síntomas de la abstinencia.
No obstante, como para casi cualquier adicción, también suele ser necesario un acompañamiento psicológico conocido como asesoramiento conductual con el consentimiento previo del paciente. En suma, los fumadores que quieren dejar de serlo, tienen opciones, pero gran parte del proceso depende de ellos mismos.
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