Gran asombre me causó ver que Carlos Vives apoyaba la marcha del próximo 21 de noviembre. Aunque me gusta su música desde la pasada elección presidencial no olvido que fue uno de los muchos famosos que le hizo campaña a Iván Duque. El samario, lejos de ser un indefenso trabajador como los perjudicados por el uribismo, se asemeja más a la clase privilegiada que históricamente ha favorecido el ex presidente Uribe. No es secreto para nadie que Vives proviene de una de las familias más poderosas de Santa Marta, como tampoco es secreto que hasta hace un año Carlos Vives cantaba vallenatos en Santa Marta con Iván Duque.
Lo que me molesta de la posición asolapada de Vives es que no es capaz de asumir una posición de frente. Al igual que Sergio Fajardo, se hace del lado que más le convenga. En twitter dijo apoyar la marcha. Seguramente, al ver que otros artistas de otros países toman posiciones políticas y ganan reconocimiento por ello, como sucedió en Puerto Rico con Residente, Bad Bunny y Ricky Martin, quienes se alzaron en contra del gobernador Pedro Roselló, el samario habrá decidido que mostrarse favorable ante la marcha era lo que más le convenía. Probablemente quería promocionar algún lanzamiento.
Las marchas son expresión de una sociedad que se une para protegerse y enviar un mensaje a sus gobernantes...
— Carlos Vives (@carlosvives) November 13, 2019
Sin embargo, apenas vio que los medios empezaron a replicar su posición y que esta podría incomodar al gobierno de turno, salió a retractarse en el mismo Twitter donde días antes había expresado su apoyo a la marcha.
Tengo que decirlo, hemos recibido todo el apoyo del presidente @IvanDuque y de su gobierno en la transformación del barrio Pescaíto. Si yo pudiera marchar le pediría que luche más contra la corrupción...
— Carlos Vives (@carlosvives) November 14, 2019
Claramente aquí hay un problema de coherencia. No es que Carlos Vives no pueda tener una posición política. Si quiere ser uribista, que lo sea. Lo que me duele es ver cómo sus inclinaciones cambian según lo que le convenga. No hay derecho a que una figura tan importante pretenda manipular a la sociedad de tal manera. Hasta el día de hoy admiré a Carlos Vives. Es más lo que le importan sus ventas que lo que le importa su propio país.