Una temática común en estos momentos fue la posesión del nuevo presidente de los Estados Unidos en medio de tambores de guerra.
Joe Biden será el 46.º presidente de EE. UU. Llevará sobre sus hombros tremenda atalaya de recomponer un país que va de mal en peor en temas de desigualdad y en el tema racial, será el encargado de la transmutación o el declive del Tío Sam, podemos decir sin hipérboles que el balance de Trump es malo para EE. UU. y para el mundo.
Desde el desayuno se supo cómo iba a ser el almuerzo con Donald Trump, que llegó a la presidencia prometiendo construir un muro en toda la frontera con México, separando muchas familias, reduciendo el número de refugiados, inició una guerra comercial con el gigante China la cual perdió, trató de evitarlo con medidas proteccionistas y aranceles que no le sirvió de nada, rompió el acuerdo de París sobre el cambio climático, rompió el pacto nuclear con Irán, perdió el round con la desigualdad, el país va peor con el tema racial.
Donald Trump le puso fin al programa de acción diferida para los llegados en la infancia a los Estados Unidos, el cual otorgaba estatus de residencia a unos 700.000 inmigrantes indocumentados que entraron a EE. UU. siendo niños.
En tema de salud intentó acabar con el Obamacare, donde dejaría a más de 20 millones de estadounidenses sin cobertura sanitaria, suspendió los pagos a las compañías aseguradoras que estaban destinados a asegurar a los estadounidenses más pobres y más enfermos.
Por último, la cereza al postre. Donald Trump fue la gasolina que prendió el fuego para el asalto al capitolio, donde hubo muertos.
A Donald Trump hay que mandarlo bien lejos, como cuando los mismos EE. UU. decidieron mandar al lejano oeste a unos tales sheriffs, es un señor que nada aporta ni soluciona, al contrario, estimula las tensiones y ahonda las diferencias entre unos y otros, sus desafueros y tropelías es a todas luces deplorable, parece estar en una pajarera llena de canarios, trinando toda clase de cosas absurdas, sesgadas y ridículas; tal así, que las redes sociales Twitter, Mark Zuckerberg, Instagram, Snapchat, Twitch y también YouTube le suspendieron temporalmente su cuenta y debe ser tratado, criticado y cuestionado. No tienen corona, que asuma sus consecuencias a su descarrilamiento y a su perverso espectáculo de iracundia y descontrol, debe entonar el mea culpa y pedirle perdón al mundo.
Colofón
Decir “soy neutral ante un hecho” es, por sí mismo, una posición axiológica, ante semejante escenario que ha generado una constelación de controversias y de herejías que son muy interesantes.
Lo que se observa es que soplan vientos de cambio desde todos los puntos cardinales en los EE. UU. y el país dependerá ahora del endoso de Joe Biden, que lleva impreso en su ADN el genoma Obama, aquí no importa que el gato sea blanco o negro, con tal que cace ratones.
Donald Trump no es más que un caballo de Troya, que le apuntó a varios frentes para destruirlos, quienes piensen distinto o tengan creencias diversas los acepto, pues existen las posiciones contrarias, más en un país como EE. UU. y Colombia que están polarizados.
La reflexión final e invitación es a la serenidad, a la sensatez y a la cordura, apartar el odio y sed de venganza, que son malas consejeras y no reincidir en lo acaecido.
