Como todos sabemos, muchos sectores de la economía en el país se han visto afectados por la pandemia, ya que por obvias razones sus ventas se han visto rebajadas.
Hace poco visité un pueblo en el departamento del Quindío, Circasia. Entré a un local ubicado en el parque central del pueblo. En cuanto ingresé me encontré a un alfarero que me explicó un poco sobre su arte y cómo con el tiempo se ha ido perdiendo el amor y la pasión hacia ese arte; testimonio que me impactó y entonces decidí escribir acerca del tema.
Él me enseñó cómo elaborar un jarrón de barro y me permitió hacer uno ahí mismo. De igual modo, me dijo que el arte desde hace mucho había dejado de ser utilizado o enseñado, ya que por ejemplo, a él se lo enseñaron en el Sena. Pero este tipo de cursos ya no se ven, dijo; así mismo, que la gente ya no se interesaba por estas artesanías y que mucho menos alguien se interesaría en estudiar o aprender sobre el tema.
Por ello, a este alfarero le gustaría revivir un poco dicho arte. De la misma manera, yo imaginé que quizás escribiendo acerca del tema lograría al menos que algunas personas leyeran sobre el mismo.