Mientras el Comité de Patrimonio de la Unesco discutía el ingreso de Cartagena dentro de las ciudades patrimonio, aprovechó para darle un ultimátum a las autoridades colombianas para demoler el polémico edificio Aquarela hasta el 2021, ubicado frente al castillo de San Felipe. De no realizarse la destrucción de las cinco torres que conforman el edificio, que hace un año había ordenado el Ministerio de Cultura y la juez 11 administrativa de Cartagena, la ciudad amurallada perdería su status y las acciones que ha pedaleado el gobierno colombiano para recibir la declaratoria desde hace cuatro años, quedarían sepultadas.
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