La ministra Cecilia Álvarez, habría cedido a la presión de los taxis que amenazaron con entrar en paro y no autorizó la operación de la multinacional Uber. El pulso entre los taxistas tradicionales liderados por Uldarico Peña, un curtido dirigente de este gremio con capacidad para bloquear el tránsito en Bogotá y las recién llegadas camionetas blancas que prestarían un servicio personalizado, llevaba todo lo que va del año 2014. Uber consideraba que su operación no requería licencia ni autorización de las autoridades de tránsito, en cuanto se trata de una plataforma tecnológica que articula propietarios individuales de transporte con los clientes. La estrategia de Peña fue llevar el tema a un asunto de licencia y permisos que concluyeron con la decisión de la ministra Álvarez Correa de no dejarlos operar con un decreto que habilita a las autoridades de tránsito locales a no permitirles la circulación. Lo positivo de la disputa es que los amarillo se comprometieron a mejorar el servicio después de las críticas de los usuarios que se expresaron en la buena acogida que había tenido la entrada de los Uber.
El último cartucho del embajador Roy Barreras para intentar recuperar la No-visa a Inglaterra
Una comunicación en una reunión dentro de 6 meses con la funcionaria Eleanor West es la carta que se juega el embajador frente a la radical posición de los ingleses
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