Las mentiras que difunde diariamente el gobierno de Joe Biden y sus aliados en occidente contra Vladímir Putin y las que difunde el gobierno de Putin y sus aliados en el oriente contra Estados Unidos y sus aliados, parecen una comedia que erosionan la credibilidad de aquellos bloques.
Lo que estamos viviendo son comedias de desinformaciones, mientras que la crisis económica y política se agudiza en Ucrania, en medio de las divisiones y las luchas entre sectores prorrusos y proeuropeos.
Sectores que se mueven al son de los intereses económicos y geoestratégicos del Kremlin y la Casa Blanca. Mientras vienen y van mentiras, el pueblo ucraniano cae en un espiral de incertidumbre en un conflicto de largo aliento y que hasta ahora muestra un balance poco edificante entre ganadores y perdedores.
Gana la administración de Biden en el plano de la política exterior, porque ha recuperado un poco el liderazgo de Estados Unidos, después de los desastres de la política exterior de Trump y las catastróficas retiradas de Siria e Afganistán.
También gana porque ha logrado recomponer las relaciones con Europa, entorno a sus intereses estratégicos para afrontar el resurgimiento de Rusia y China. Igualmente gana como productor de petróleo y gas con los elevados precios que están generando las tensiones y, desde luego, por el incremento de gasto militar entre los miembros de la OTAN.
Sin embargo, en el plano de la política interna el gobierno de Biden sale mal librado, el conflicto de Ucrania y su retórica contra Putin no le ha servido para resolver la crisis política interna. Tampoco para unir a los estadounidenses que son reacios apoyar participaciones en conflictos en el exterior que afecten las finanzas del país.
Por consiguiente, su administración no solo enfrenta una férrea oposición dentro de su propio partido, sino de los republicanos que han impedido desarrollar las políticas económicas y sociales que se ha propuesto y en materia de política migratoria el balance es desastroso.
Además, su administración afronta una crisis económica aguda con la elevada tasa de inflación, la más alta en los últimos 40 años. De manera que los efectos han sido demoledores y su índice de popularidad está en el 35%. En otras palabras, Biden busca arreglar la casa ajena cuando su casa se cae a pedazos.
Putin le esta ganado el pulso a Biden, porque ha vuelto a convertir a Rusia en un gran jugador en la política global y ha restaurado en buena parte su liderazgo imperial, ganando poder y prestigio global. En criterio de Putin, la desaparición de la URSS constituyó la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX para los rusos. Por eso desde que asumió el poder su política ha estado orientada a recuperar la grandeza y el esplendor de Rusia.
Más allá de los calificativos que se hacen en occidente para la gran mayoría de los rusos es el nuevo zar que encarna la grandeza del pueblo ruso, un líder que está forzando a Estados Unidos y a las potencias de occidente a sentarse a la mesa a redefinir la seguridad global y un nuevo orden mundial.
En este aspecto gana Rusia por la fortaleza de su alianza con China con quién firmó una serie de acuerdos que marcan una nueva orientación en la arquitectura y en el gobierno global.
Entre aquellos acuerdos una estructura análoga al sistema SWIFT para transacciones comerciales con sus propias monedas. Los rusos también ganan por las alzas de los precios del petróleo y el gas, Así como las ventas de armas a los países aliados.
Europa y Ucrania son los grandes perdedores en este conflicto, los europeos están actuando como marionetas de los intereses estratégicos de Estados Unidos y sus económicas están siendo afectada por los elevados precios del petróleo y el gas.
Los costos del rearme de la OTAN. Las anunciadas sanciones contra Rusia son armas de doble filo, dado que tienen impacto negativo en las economías europeas en cabeza de Alemania y Francia.
Finalmente, el gran perdedor en este conflicto es el pueblo ucraniano por el clima de inestabilidad, el pago de un gas más caro a los rusos, la agudización de la crisis económica y política, la fuga de capitales, los separatismos y los reconocimientos de Rusia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk y los endeudamientos que está adquiriendo el gobierno de Volodímir Zelenski con las compras de armas.
@j15mosquera