USB, Credit Suisse, tormenta financieraEl espectacular derrumbe bursátil de Credit Suisse esta semana generó nerviosismo en el mundo financiero, sensibilizado después del colapso de entidades en Estados Unidos.
En un acuerdo histórico, UBS, el mayor grupo bancario de Suiza, pagará 3.000 millones de francos suizos (3.230 millones de dólares) por Credit Suisse.
UBS ha ofrecido hacerse con el control de su competidor como parte del plan ideado por las autoridades suizas para tratar de evitar turbulencias cuando los mercados financieros reabran el lunes.
Maltratado en Bolsa la semana pasada tras la decisión de su principal accionista de volver a la olla, Credit Suisse se sitúa entre los 30 bancos más importantes del mundo desde el punto de vista sistémico. Su quiebra enviaría ondas de choque a través de todo el sector financiero mundial.
Por lo tanto, esta transacción está siendo analizada desde la mañana por el gobierno federal en la capital suiza Berna, tras otras reuniones de emergencia el jueves y el sábado.
Según el tabloide Blick, el destino de Credit Suisse quedará sellado en una reunión extraordinaria entre gobierno y de los directivos de las dos entidades en Berna.
Una fusión de este tipo es un asunto complejo que habitualmente tomaría meses en ejecutarse, pero ante la presión de las autoridades, UBS deberá cerrar el trato en unos pocos días.
Presiones
Las autoridades suizas consideran que no queda más remedio que empujar a UBS a superar las reticencias, ante la presión de los principales socios económicos y financieros de Suiza, que temen por la estabilidad de sus propias plazas financieras, según Blick.
Las normas de la banca suiza establecen que UBS debería consultar a sus accionistas durante un periodo de seis semanas, pero para esta operación podrían aplicarse medidas de emergencia, según el diario económico Financial Times, que cita fuentes que pidieron permanecer en el anonimato.
El banco registró el miércoles una caída récord y su valor bursátil se desplomó a 7.000 millones de francos suizos, unos 7.580 millones de dólares, que es una suma casi nimia para una entidad considerada de una importancia sistémica, por lo que su quiebra debe ser evitada.
Según Financial Times y Blick, los clientes del banco retiraron 10.000 millones de francos suizos en depósitos en una jornada al final de la semana pasada, un indicio tangible de la desconfianza hacia la institución.
Estas negociaciones se producen después de una semana negra en bolsa en la que el banco central helvético tuvo que intervenir y prestó a Credit Suisse 53.700 millones de dólares para darle un balón de oxígeno e intentar aplacar el nerviosismo de los inversores, sin éxito.
Garantías públicas
Según la agencia Bloomberg, UBS exige que las autoridades públicas paguen los costos legales y las potenciales pérdidas que pueden ascender a miles de millones de francos suizos.
La negociación se centró el sábado en torno a las actividades de la banca de inversión, según la agencia financiera, y una de las hipótesis para salir de la crisis es que la compra sea parcial y deje fuera a esta división.
A finales de octubre, Credit Suisse presentó un enorme plan de reestructuración que contemplaba la supresión de 9.000 empleos hasta 2025, lo que supone un 17% de sus efectivos.
La entidad, con una plantilla de 52.000 personas a finales de octubre, quería centrarse en actividades más estables y transformar radicalmente su banca de negocios.
Por su parte, el sindicato de empleados de los bancos suizos "exigió" el domingo que sus delegados participen en la negociación, teniendo en cuenta las "enormes" consecuencias de la operación en la