Están sucediendo cosas positivas en el ámbito de la cultura, la música y la gastronomía para ir consolidando una seria agenda de eventos para Ibagué, que es uno de los tantos clamores de la ciudad y sobre el cual tantos globos se han elevado desde el sector turístico, gremios y la franja oficial-institucional.
La pasada feria de cafés cumplida en la ciudad es muestra de que se pueden conjugar eventos técnicos, con promoción de la ciudad y un impulso a un sector importante de la economía de la ciudad y el departamento como es el cafetero.
Pero más allá de eso, si hacemos memoria, por iniciativa de personajes de esos silenciosos y que en varias ocasiones trabajan más por amor que por propósito meramente monetario, muchos eventos han alcanzado ya la madurez en su programación, en los productos mismos a ofrecer, el reconocimiento y apego a la Ciudad Musical como para poder conformar con ellos la agenda de eventos para Ibagué; no solo como un calendario jalonador de turismo, visitas o posibles inversores, si no de imagen de ciudad destino que es a lo que a todas luces se debe apuntar en los próximos años.
Actividades de ocio, recreación, deporte, descanso, confort, aventura, relacionamiento con la naturaleza, ya comenzamos a tener de forma segregada pero conectada con visos de calidad en el servicio y como apuesta de negocio permanente, que es lo que augura que sigan consolidándose. Más allá del Cañón del Combeima y sus restaurantes, allí ya hay una oferta turística distinta para variados gustos, desde la adrenalina a la contemplación natural. Lo mismo hacia el Valle del Cocora, Totumo o el Salado.
Digo este porque es el complemento para la agenda de eventos y promoción de ciudad que se puede acelerar, ajustar y ser objeto de apoyo para los próximos años. Y es reconfortante ver que nos salimos de los lugares comunes del Festival Folclórico Colombia de junio-julio, el Festival de la Música Colombiana, que son los tradicionales, se les debe seguir prestando el apoyo porque abrieron la brecha, pero a ello se deben sumar por ejemplo el de Café llevado a cabo en días pasados.
Así mismo, el próximo Ibagué Festival del 15 al 19 de agosto, el Ibagué Ciudad Rock de octubre próximo o el Festival Internacional de Piano que se llevó a cabo en mayo de este año. A todo lo cual se pueden anexar el Día del Tamal, de la Lechona, de la comida de río cuando sea tiempo de subienda en el Magdalena, los festivales de la cerveza, de la hamburguesa y hasta del sushi master próximo.
Lo que quiero significar con estos eventos, y los que se me quedaron por fuera, es que ya hay con qué hacer agenda y tener servicios de turismo conexos a esta. Que ya va siendo hora de dar vuelta a la página para dejar la mente pequeña, la visión miope y dar los pasos necesarios con las inversiones requeridas (en miles de millones) en cuanto a infraestructura, promoción de ciudad y en la cualificación del servicio. Para eso se necesita plata, harta, bien invertida y una mirada común sobre hacia dónde posicionar Ibagué.
La retórica por estos días de los candidatos a la alcaldía de Ibagué y la gobernación del departamento es muy bonita, bien construidita, se ha vuelto la campaña de redes, con spot, libretos, tips visuales, historias y todo lo accesorio para poner bonita la imagen, pero en materia de turismo muy poco serio y real se ha dicho, por no decir categóricamente que nada. Sucede con este importante renglón económico lo mismo que con el tema deportivo. No se escucha nada de incentivos, apoyos, proyectos, masificación, nuevos escenarios, desarrollo de políticas públicas sobre ese particular a todo nivel desde lo recreativo a lo competitivo, pero de eso hablaré en otra ocasión. Estos dos temas brillan por su ausencia, no están en el radar de ninguno de forma ni siquiera somera. ¡Qué lástima! Pero como diría alguien por ahí, quedan 78 días aún, los vemos pues, ¿cuáles son esas propuestas?
