En la primera semana de octubre se vieron en cada esquina del centro de Cúcuta a jóvenes vestidos con uniformes de médico portando carpetas en donde le ofrecían a la gente firmar para revocar a Jairo Yañez. El actual alcalde de Cúcuta llegó contra todo pronóstico a ganar las elecciones del 2018 derrotando al grupo de Ramiro Suárez, exalcalde de la ciudad. Suárez fue condenado en el 2011 a 25 años de cárcel por el asesinato del asesor jurídico de la alcaldía Alfredo Enrique Flórez, quien descubrió la colaboración que le brindaba desde la alcaldía el temible político al Bloque Fronteras de las Autodefensas Unidas de Colombia quienes, entre otras atrocidades, estableció, justo al lado de la frontera con San Antonio del Táchira, en el sector de Juan Frío, unos hornos crematorios donde desaparecieron a más de 300 personas.
Yáñez, a sus 70 años, logró soportar el clima adverso de una oposición despiadada y de los rigores con los que azotó la pandemia y la crisis desatada por el flujo migratorio de venezolanos que llegan a diario a la ciudad. A pesar de eso el alcalde y su joven equipo han sabido gestionar temas endémicos en la ciudad como es la pobreza y la corrupción. Sin embargo, Ramiro Suárez, desde el confortable apartamento en donde paga su condena en el norte de Bogotá, estaba dispuesto a impedir que Yáñez cumpliera su mandato. Durante la campaña de 2018, cuando todavía estaba en La Picota, Suárez atendía vía Skype a 150 personas que lo escuchaban desde el salón comunal del barrio Sevilla desde donde le daban quejas y él daba órdenes para evitar a toda costa el ascenso de Yáñez.
De la nada un líder sindical llamado Jaime Vásquez empezó a aparecer en barrios como La Libertad o Antonia Santos. En esos barrios recordaban a Jaime Vásquez de la época de Ramiro. Él trabajó en la campaña electoral con la que el político ganó la alcaldía del 2004. Él era el encargado de preparar el terreno en donde Suárez hacía el despliegue de su oratoria atrabiliaria, de su populismo desbocado. En la anterior alcaldía de César Rojas, reconocido cargamaletines de Ramiro Suárez, fue el director de empalme en los primeros días de su alcaldía. Lo que sí sabe es que estuvo preso en Barrancabermeja, el lugar donde nació, por hechos ligados a la corrupción.
Según La Silla Vacía, Vásquez oficiaba como secretario privado de Ramiro Suárez mientras este mandaba desde la Picota. Además se tiene información que a los muchachos que salen vestidos con el uniforme de médico a recolectar firmas se les paga 40 mil pesos diarios. Toda esa plata habría salido del bolsillo de Ramiro Suarez.
¿Quién es Ramiro Suárez?
Entre los años 2003 y 2007 Cúcuta estaba predestinada a ser un corredor vital para América Latina. La bonanza petrolera que vivía Venezuela disparó el comercio en la ciudad mostrando índices que no se veían desde 1983. Ante la avalancha de compradores que venían del otro lado de la frontera se hicieron dos hiper centros comerciales. Las regalías multiplicaron el presupuesto municipal y Suárez Corzo lo derrochó a manos llenas: planeó seis mega obras de las cuales solo se materializaron los puentes elevados de San Mateo y el que conectaba al puente de Ureña. Inconclusos quedaron el puente de La Gazapa y la anhelada pavimentación de las vías de la ciudad.
El alcalde se ganó los méritos de la bonanza. Un trabajador compulsivo que cuando no estaba escuchando a la gente en su despacho se desplazaba a los barrios olvidados: El desierto, Doña Nidia o Tucunaré, donde reunía a los más pobres y les organizaba juntas de acción comunal a aquellos que nunca habían visto a un gobernante de carne y hueso.
El a su vez era un hombre humilde. Nacido en Enciso, Santander ,se vio forzado a abandonar el colegio en quinto de primaria para trabajar en la reducida parcela de la que intentaba vivir su familia. A los 18 años llegó al rebusque en Cúcuta y su primer trabajo fue conducir el vehículo del político conservador Mario Lamk Angarita, al que le conoció los secretos y las mañas para conseguir electores. Fue mucho más lejos que el maestro y en su primera prueba en las elecciones para alcalde del 2004 logró algo inédito: llegar el 62 % de la votación.
Conectado con la gente, una de sus primeras actuaciones fue intervenir al Deportivo Cúcuta, llevándolo en dos años de la segunda división a la cúspide. El campeonato del 2004 resultaba un sueño imposible para los cucuteños. El alcalde se soslayaba en vítores mientras recorría la pista antes de cada partido y después de haber estimulado a los jugadores con premios hasta de 20 millones por cada triunfo. Su popularidad en mayo del 2007, justo cuando el Cúcuta disputaba la semifinal de la Copa Libertadores contra Boca Juniors, alcanzó el 82 %.
Los centros comerciales, los puentes y la semifinal de la Libertadores blindaron al alcalde de cualquier crítica. No valían los señalamientos que lo responsabilizaban del asesinato del exalcalde de Tibú, Tirso Vélez, y de haber ordenado liquidar a Alfredo Enrique Flórez, el abogado empeñado en evitar la venta de unos terrenos por parte del entonces alcalde, en el 2003, Manuel Guillermo Mora, mentor de Suárez Corzo. Ante la negativa de Flórez de enterrar sus denuncias, Suárez contactó a un comando paramilitar del Bloque Catatumbo que con seis tiros le quitaron la vida a sus 36 años.
Los logros tangibles taparon en Cúcuta los rumores que terminaron confirmados de su relación con el Bloque Catatumbo que en el 2009 El Iguano y Salvatore Mancuso documentaron en sus testimonios cuando narraron el peso de su alianza para la toma a sangre y fuego de las áreas rurales de Santander del Norte que los mismos paramilitares, por instrucciones de Suárez Corzo, quisieron borrar asesinando al veedor ciudadano de Cúcuta, Pedro Durán.
Nada lo tocaba, invulnerable, hasta que le llegó la hora el 12 de agosto del 2011 cuando, en plena adhesión a la campaña a la alcaldía de Cúcuta de Andrés Cristo, hermano de Juan Fernando Cristo, el CTI de la Fiscalía lo detuvo. Todavía se recuerda el tropel inútil que armaron sus seguidores. Terminó pocas semanas después en la cárcel La Picota y luego en su apartamento en el Norte de Bogotá desde donde sigue siendo el hombre más poderoso de la frontera.
La revocatoria contra el actual alcalde, Jairo Yáñez, ya está lista. El comité recolector de firmas, ‘Que se va se va, póngale la firma’, logró recoger 120 mil firmas y ya cumplió todos los trámites necesarios para que el próximo 12 de diciembre los cucuteños salgan a las urnas. Para sacar a Yáñez es necesario que voten por lo menos 130.565 personas, de las cuales la mitad más uno deberá estar a favor de revocar al alcalde. Es la primera vez que Cúcuta decide sobre el futuro de su mandatario, que podría dejar el cargo por la mano negra de Ramiro Suárez