Aunque Jorge Cárdenas lleva años sin salir en televisión o prensa nacional, las barbaridades que dice en su cuenta de twitter muy de vez en cuando lo ponen a sonar. El olvidado actor hoy fue la tendencia número uno en dicha red social por motivo de su intolerancia a la izquierda colombiana. Como buen uribista, no pierde oportunidad para atacar a Gustavo Petro. Ni siquiera el triunfo de Egan Bernal, que debería ser motivo para unirnos como país, se salva de ser instrumentalizado por Cárdenas para difundir odio. El actor comparó al ciclista, que a sus 22 años ganó el Tour de Francia, con el político, que a sus 22 años militaba en el M - 19.
Encuentre 7 diferencias entre estos dos personajes.
Quién cree usted que contribuye más al país? pic.twitter.com/6tgGhyymmP— JorgeCardenas (@cardenasjorgee) July 28, 2019
Como dirían en mi tierra ¿qué tiene que ver el caldo con las tajadas? ¿por qué tiene que politizar una noticia que debería servir para dejar la política a un lado y celebrar todos el ser colombianos? La respuesta es simple: Cárdenas tiene que recurrir a la polémica para lograr con el escándalo aquello que el talento no le da. No es secreto para nadie que un artista vive de la gente, y en la medida que se hable de él, se mantiene vigente. Bien lo sabía el consagrado manager Fernán Martínez, que en más de una ocasión enviaba paparazzis a donde los artistas que representaba querían pasar desapercibidos; que hablen bien o mal, pero que hablen.
Si revisamos en Google News las veces recientes que Jorge Cárdenas ha sido noticia, nos encontramos notas verdaderamente triviales. La última vez que los medios nacionales hablaron de él fue para registrar que publicó en redes una foto con Ana Lucía Domínguez, su esposa, tocándole la cola. Por lo demás no vemos nada relacionado con su trabajo. Tiene bastante rato que no sale en una novela o lanza una canción. Al revisar su twitter vemos que también es opositor del metro subterráneo en Bogotá. Retuitea a Hassan Nassar y a Vicky Dávila, defiende a Iván Duque y -además de Petro- ataca personajes como Claudia López, Juan Manuel Santos y al partido de las FARC. Es todo un uribista de closet.
No obstante, como buen uribista, su escritura deja mucho que desear. Solo hay que revisar su forma de presentarse. El actor TIENE TODA LA BIOGRAFÍA EN MAYÚSCULA Y DA LA SENSACIÓN DE ESTAR GRITANDO. No se podía esperar más de alguien que milita a favor de un partido que no conoce ni la palabra calmada, ni el diálogo. Para finalizar me atrevo a decir que Cárdenas, y su fallecida carrera, son un muy buen ejemplo de lo que hace el uribismo con la gente.