El pasado 24 de agosto la ministra de trabajo Gloria Inés Ramírez a nombre del Gobierno del Cambio de Gustavo Petro presentó nuevamente al Congreso la reforma laboral.
Sin que se hubiera presentado, en la asamblea de la Andi los días 17 y 18 de agosto el presidente Dr. Bruce Mac Master reprobó la reforma laboral sosteniendo que con ello se perderían empleos y se incrementaría la informalidad, obvio con estudios configurados bajo los engañosos presupuestos de la tecnocracia neoliberal. Los mismos presupuestos con los cuales engañaron al país con la aprobación de la ley 789 de 2002, dizque si se rebajaban los costos laborales se producirían empleos, que nunca aparecieron.
Y desde el 24 de agosto los grandes medios de comunicación de los grandes cacaos, no han cesado de reproducir todas las expresiones de los representantes del empresariado en contra de la reforma laboral.
De nuevo Bruce Mac Master, reproduce la agresiva columna del día 3 de septiembre en El Tiempo, del sempiterno enemigo de los derechos laborales, el dirigente de Cambio Radical y de la más rancia élite empresarial, el Dr. Germán Vargas Lleras quien se despacha contra la reforma laboral mostrando su claro odio de clase contra los derechos individuales y colectivos de los trabajadores.
Allí afirma "La (reforma laboral) llega...con todo el veneno de la anterior y otras sorpresas. Eso sí, plagada de ideología." Y vuelve y repite como la Andi, que no hay "ninguna mención de cómo se va a formalizar a más de 10 millones de colombianos y cómo se va a incentivar la creación de más de 5 millones de empleos en el país." Y qué solo "beneficiará... a las élites del sindicalismo."
Acopi a través de su presidenta Rosmery Quintero afirma que "las micro, pequeñas y medianas empresas no aguantan la reforma laboral." Y dice "que el proyecto no mejora los problemas de informalidad."
Germán Arce, presidente del poderoso Consejo Gremial Nacional, espacio del gran empresariado colombiano, pidió garantías al presidente del Senado Iván Name, en el debate de las reformas en el Congreso. "Por eso esperamos que esos espacios (de debate en el Congreso) se abran también para la (reforma) laboral que nos preocupa mucho, entre otras razones porque no le está pegando al problema grande de la informalidad."
Y remata, por si fuera poco, el destacado dirigente de los comerciantes agremiados en Fenalco el Dr. Jaime Alberto Cabal en entrevista de María Isabel Rueda que la recuperación de los recargos nocturnos y los dominicales y festivos traerán "Todas esas actividades (van a sufrir) un impacto muy grande en los costos laborales y eso al final repercutirá en una destrucción de puestos de trabajo." Y agrega "el proyecto de reforma laboral no solo preocupa por el aumento de los costos, sino porque vulnera totalmente los derechos laborales colectivos en el país." Y además dice que "lo que más quisiéramos es enderezar el rumbo de la reforma laboral, el de la pensional, el de la salud y el de muchas políticas públicas que consideramos que no van por buen camino." Claro por el buen camino de sus inmensos privilegios acumulados en 33 años de neoliberalismo y de gobiernos plutocráticos.
Como se ve una reiterada expresión contra la reforma laboral, repitiendo una y otra vez que destruye empleo y no resuelve la informalidad, puesto que incrementa los costos laborales.
Pues bien, digamos que la teoría, o mejor el engaño, de que bajando costos laborales se genera empleo ha quedado desvirtuada por los hechos. 33 años esgrimiendo esa gran mentira y los niveles de desempleo e informalidad siguen en los mismos niveles. Eso sí, con la baja en los costos laborales se han quedado con el sudor de los trabajadores en billones y billones de pesos.
Si ellos sabían cómo generar empleo y reducir informalidad, ¿por qué no lo hicieron en 33 años?
Pero, si ellos sabían cómo generar empleo y reducir informalidad, ¿por qué no lo hicieron en 33 años? Son faltos de seriedad y absolutamente oportunistas en sus razonamientos.
La reforma laboral que el gobierno ha presentado, ayuda a la generación de empleo, de una parte, pues al mejorar la estabilidad laboral que contribuye a un proyecto de vida del trabajador y su familia, y de otra al tener más ingresos, determina mejor productividad en el trabajo y más consumo de bienes y servicios, que redundará en más producción y por tal mayor empleo.
Y si, como lo menciona la reforma, se formalizan las trabajadoras domésticas, los trabajadores rurales y de plataformas, pues saldrán de la informalidad cerca de 4 millones de personas. Este es un tema que los empresarios se hacen los de la vista gorda, quedando lindado no con la informalidad, sino con la ilegalidad. Les molesta sentirse pillados. Pero más que eso, ver en riesgo sus privilegios y ganancias.
Colombia es uno de los países más desiguales del planeta y por ello las reformas y en particular la laboral, al recuperar derechos y mejorar ingresos puede contribuir a reducirla. Si claro, para ello los privilegiados empresarios y megarricos deberán reducir sus ganancias y permitir una mejor distribución de la riqueza.
El estallido social cambió la agenda del país y quién mejor la ha interpretado es el actual presidente Gustavo Petro, que por ello la ganó, respaldado por la mayoría de los colombianos.
Las élites y la clase empresarial, pueden seguir de espaldas a la realidad del país, pero se enfrentarán de nuevo al estallido social.
Al país le sirve la reforma laboral.
De tal forma que, frente a ésta reacción agria del empresariado, la población insistirá en las reformas del cambio y por ello las respaldará, yendo de nuevo a la calle en todo el país este próximo 27 de septiembre. Ahí nos veremos.
Posdata: es evidente que los empresarios no son la última cocacola del desierto y es cierto que, ¡mamola!, para quienes piensan que los trabajadores no deban recuperar derechos y recibir más ingresos.
X: fabioariascut