Las vicisitudes del libre comercio
Estados Unidos en los noventa fue el adalid del libre comercio. La creación de la OMC en 1995, la suscripción del TLCAN con Canadá y México en 1994, Las negociaciones para el Tratado Transpacífico que comenzaron a negociarse en 2005 y del que Trump se retiró en 2017, el fracasado tratado Transatlántico cuyas negociaciones se abandonaron en 2018, la propuesta de suscribir el Área de Libre Comercio, ALCA que fracasó en 2007 revelan los esfuerzos para imponer su supremacía comercial pero también las dificultades para concretarla en forma de tratados.
Sin embargo, 30 años después y habiendo firmado solamente 14 tratados de libre comercio y con la adopción paulatina y creciente de políticas proteccionistas, y la imposición de numerosas sanciones económicas a sus adversarios, la administración Trump ha abandonado la retórica del libre comercio y se ha enfrentado con prácticamente todo el mundo en un esfuerzo por recuperar su perdida grandeza.
El gobierno de Biden no suscribió ningún tratado de libre comercio y por el contrario adoptó numerosas políticas proteccionistas, continuó la guerra comercial con China e impuso sanciones a numerosos países que se apartaban de sus enfoques
La política estadounidense fue sancionar a sus adversarios, protegerse de sus competidores y exigir aperturas y concesiones comerciales a los países débiles que se encuentran bajo su órbita.
Desde 1998 Estados Unidos ha impuesto sanciones a más de 20 países entre ellos Rusia, Irán, China, Venezuela, Sudan, Libia, Irak, Cuba y Siria, estas sanciones han afectado la población de los países débiles, pero al mismo tiempo han promovido el distanciamiento económico de Washington, e incluso el fortalecimiento de la producción local en algunos, pero, en ningún caso, han conseguido cambios en los gobiernos
Las sanciones se deben a los más variados motivos: defensa de los derechos, humanos, terrorismo, lavado de activos, disputas geopolíticas pero estos fenómenos no han disminuido por las sanciones. El narcotráfico continúa, el terrorismo y la violación de los derechos humanos se mantiene y las tensiones geopolíticas en lugar de disminuir se acrecientan.
Sus principales adversarios, China y Rusia se han fortalecido y tal vez el único efecto notable de su política ha sido debilitar a sus competidores como es el caso de Europa, en particular Alemania.
Los países débiles y en desarrollo si han sufrido el saqueo de recursos naturales, la desindustrialización y la pobreza
El déficit comercial estadounidense es el secreto de la hegemonía del dólar
Estados Unidos tiene un déficit comercial estructural. A pesar del proteccionismo y las sanciones, su balanza comercial es permanente y crecientemente negativa especialmente con China, México, Canadá y la Unión Europea que son sus principales socios comerciales. También tiene déficit con Corea del Sur, India, Y Taiwán entre otros
La razón de ese déficit recurrente es que Estados Unidos, mediante su déficit inunda el mundo de dólares y con esos dólares se aceitan los flujos comerciales mundiales; los países los utilizan en sus transacciones y para alimentar sus reservas.
Según el FMI en el tercer trimestre de 2024 el dólar estadounidense representaba más del 57% de las reservas internacionales totales y más del 80% de la financiación del comercio internacional.
El déficit comercial estadounidense es la clave de la supremacía del dólar y la forma de mantener su hegemonía tanto en el comercio como en las reservas internacionales.
La abundancia de dólares disminuye su valor y para contrarrestar este efecto Estados Unidos maneja su tasa de interés de tal manera que al elevarla se estimula inversión en Estados Unidos, para que los inversionistas prefieran invertir allí, provocar una afluencia de dólares hacia ese país y esto a su vez desestimula la inversión en los países de origen y encarece la deuda denominada en dólares
Los aranceles en Estados Unidos encarecen las exportaciones dirigidas hacia ese país Unidos, castigan a los consumidores estadounidenses que son los que en últimas pagan estos costos adicionales y provocarán un aumento en la inflación.
Para frenar la inflación Estados Unidos debe mantener o aumentar la tasa de interés, para disminuir la abundancia de dólares en circulación o abaratar la producción como lo está proponiendo Trump al intentar disminuir el precio del petróleo, difícil empeño por los costos de la extracción petrolera por medio del fracking, pero a la luz de esto se entiende su esfuerzo por llegar a un acuerdo con Rusia, gran productor de petróleo.
Al desestimular las exportaciones de otros países dirigidas el mercado estadounidense en búsqueda de un equilibrio comercial, se pierde apetito por el dólar, se promueve el uso de otras monedas y aunque se fortalezca la economía interna estadounidense. Estados Unidos disminuye su relevancia en el mercado mundial
Los países pueden buscar mercados alternativos que no impongan aranceles o imponer a su vez aranceles que dificulten a su vez las exportaciones estadounidenses baratas contra las importaciones más caras que podría hacer Estados Unidos
La solución de Trump es hacer caso omiso de la retorica de libre comercio e introducir unas fuertes medidas de carácter geopolítico, como es el anuncio de fuertes sanciones a los BRICS si abandonan el uso del dólar.
Las idas y venidas de Trump en materia de aranceles permiten prever que la aplicación de aranceles puede ser más selectiva y gradual de lo anunciado y que sus amenazas permanentes serán usadas para objetivos políticos
Equilibrar la balanza comercial de Estados Unidos se puede convertir en un arma de doble filo, pues significa renunciar a su larga historia de abastecer de dólares a todo el mundo y paradójicamente, disminuir el peso de Estados Unidos en el comercio mundial
Estados Unidos tiende a abandonar su papel como el mercado más grande del mundo y el que es apetecido por todos los exportadores. Han surgido mercados dinámicos como el chino y otros países asiáticos, pero tampoco es el principal exportador y tiene fuertes competidores.
Las grandes empresas estadounidenses se dan cuenta de ello y por ello no quieren renunciar a mercados atractivos en el extranjero y a la vez se sienten afectadas por medidas que les impiden aprovechar mano de obra barata en todo el mundo para llevar sus mercancías a Estados Unidos. Esta es la fuente de oposición a Trump por parte de los capitalistas transnacionales europeos y estadounidenses y puede convertirse en un factor determinante para que Trump modere sus amenazas.
Trump se encuentra entonces en una sin salida pues quiere revivir la dominación estadounidense renunciando a las políticas que la hicieron posible y acudiendo a un peligroso ajedrez geopolítico en lugar de hacerse a la idea de que la situación mundial en la que Estados Unidos no podrá revivir las glorias pasadas.
Del mismo autor: Estados Unidos contra el mundo. Los aranceles de Trump, primera guerra comercial mundial
