Hoy en día vivimos en un mundo donde el discurso de todos los días se relaciona con la igualdad y los derechos humanos. Todos los días vemos marchas por una causa o por la otra, y la mayoría de las personas que se puedan clasificar en un grupo suelen protestar por una causa, a veces justificadamente y a veces no. En pleno siglo veintiuno, las causas mas defendidas son la libertad de expresión y la democracia. En nuestra rutina diaria podemos leer y observar constantes criticas a diferentes personalidades, entidades e incluso estados por sus posturas antidemocráticas, y estas manifestaciones usualmente son presentadas por personas de ideología “liberal”, pero, ¿qué tan liberales son estas personas en realidad?
En EE.UU, la cuna de la democracia, los supuestos liberales se volcaron a las calles protestar tan solo horas después de la posesión presidencial de Donald J. Trump. Mientras el nuevo presidente llegaba al capitolio para dar el discurso anual llamado “State of the unión” los congresistas republicanos (conservadores) aplaudían como es costumbre mientras que los demócratas (liberales) tomaban la posesión infantil e inédita de no evitar el aplauso hacia el presidente, obviando las tradiciones y avivando la llama del conflicto de ideologías que hoy viven los EE.UU. En vista de estas numerosas protestas hago énfasis en una realidad que muchos escritores y periodistas habían profesado en el pasado solo atrayendo criticas de retrogradas e intolerantes: la gran mayoría de aquellos que claman por los derechos humanos y por la democracia, son pseudo liberales que solo respetan los dos principios mencionados siempre que estos se inclinen hacia sus ideas. Para ponerlo en términos mas sencillos, la gran mayoría de los liberales respetan las ideas de todos siempre y cuando estas concuerden con las suyas.
Hoy todo el mundo aclama a Obama por tener un excelente discurso que nunca paso de ser eso. Es decir, nunca pasaron de ser ideas a realidades. Mientras tanto, a Trump se le condena por mantener el discurso que sostuvo durante su campaña, pero, ¿no fue elegido para eso? A Trump se le condena a diario solo por defender los ideales con los que llego a la presidencia (cosa que deberían hacer todos los políticos) y por los cuales millones de estadounidenses lo aclaman. Muchos se han volcado en contra del mismo sistema democrático de los EE.UU (el colegio electoral) por ser anticuado pero nadie se quejo cuando de esta forma se eligió a Obama, Bush, Clinton, etc. A Trump hay que destacarle una cosa y es que, a pesar de todo, ha mantenido su discurso original sin cambiar sus ideales, cualidad la cual es poco común entre los americanos.
Muchos pensaran que este escrito es a favor de Trump pero no lo es, es un escrito en contra del pseudo liberalismo, ejemplificado entre las criticas hacia Trump. Es pertinente tener en mente dos cosas: Primero, al hombre hay que darle un espacio prudente para gobernar como se le encomendó antes de matarlo con criticas y la segunda, y tal vez mas importante, como el mismo lo dijo en el discurso frente al congreso, el es el presidente de los estadounidenses, no del mundo, y como tal, su obligación, antes que nada, es velar por sus ciudadanos, no los demás.