Con su nueva orden, Trump pretende reescribir las directrices que regulan las emisiones de carbono en Estados Unidos y que, según él, han causado una sangría de puestos de trabajo, además de lograr la ansiada autonomía energética.
"El Gobierno anterior devaluó a los trabajadores con sus políticas. Nosotros podemos hacer las dos cosas: proteger el medio ambiente y crear trabajo para la gente", afirmó el funcionario de la Casa Blanca. "Pero creo que el presidente ha sido muy claro con que no va a implementar políticas de cambio climático que pongan en riesgo la economía estadounidense. Es muy simple", agregó.
Trump ha elegido para la firma de la orden ejecutiva la sede de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, en inglés), un organismo que tuvo un papel clave en las políticas ambientalistas de Obama y que ahora dirige un escéptico del cambio climático, Scott Pruitt. El funcionario explicó que Trump quiere que la EPA se centre en el que según él es su principal cometido: "agua limpia y aire limpio".
La orden, sin embargo, no habla del Acuerdo de París sobre el cambio climático que establece en el marco de las Naciones Unidas medidas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y que entró en vigor a finales de 2016. Según el funcionario, el Gobierno de Trump aún no tiene decidido si cumplirá los compromisos que figuran en el acuerdo internacional.
Obama trató de convertir la lucha contra el cambio climático en una prioridad de su Presidencia, un objetivo entorpecido por una decisión del Tribunal Supremo que bloqueó el plan del mandatario para reducir las emisiones de carbono de centrales termoeléctricas.
La semana pasada Trump ya aprobó conceder a la empresa canadiense TransCanada un permiso para construir el polémico oleoducto Keystone XL, un proyecto al que se oponen grupos ecologistas y cuya construcción prohibió el Gobierno de Obama.
Tomado de: Publico.es