En este declive prematuro de James Rodríguez tiene mucho que ver su representante, el portugués Jorge Méndes, el que dicen es el mejor del mundo. Como mercancía dañada va ofreciendo al jugador colombiano a los más cotizados equipos de Europa todo buscando que le sigan pagando al colombiano los ocho millones de euros que gana al año.
Si tuviera un poco más de libertad, si estuviera dispuesto a recibir un poco menos, James podría aspirar a clubes como el Everton -que en realidad lo quiere- o el Napoles y ser titular allí. Pero están empecinados con meterlo en el Manchester United gracias a los contactos que tiene adentro el portugués. Por eso, contraviniendo lo que el propio técnico del United no quiere, porque Solksjaer ha dicho hasta el cansancio que no necesita un jugador como James, lo pondrán allá de pronto a vender camisetas, a mostrarse como una estrella mediática, pero en Old Trafford difícilmente podrá brillar en las canchas.
Por eso no hay mucho sentido que James abandone el barco del Madrid para irse a otro donde no será bien recibido, donde sólo será otra movida de Méndes para confirmarle a los jugadores que, pase lo que pase, él los seguirá haciendo millonarios, poderosos, pero futbolísticamente será la ruina. James ¿Por qué no te quedaste en Munich donde si te querían?