Donna Summer marcó un punto de quiebre en la evolución de la música moderna. Aquella que hervía en las discotecas y en todos los centros de baile. Después de la apoteosis de ‘Fiebre del sábado en la noche’ con John Travolta y la banda sonora The Bee Gees, vino ‘Por fin ya es viernes’, película musical convertida en punto culminante.
Su argumento era ligero: una noche de viernes en una famosa, aunque decrépita discoteca (The Zoo). El furor de la música ‘disco’, una de las más dinámicas que ha existido por su ritmo, sincronización y efecto neurosensorial que atraía a tanta gente a las pistas de baile. En el descuidado centro de fiestas moderno The Zoo (Ya el nombre decía mucho de su estilo), todo el mundo quería llegar a participar en su concurso de baile.
El punto central lo puso ‘Last Dance’ interpretado con maestría y virtuosismo por Donna Summer. Mereció en ese año, 1978, un Óscar de la Academia como mejor banda sonora y por esa canción, también ganó un Grammy (se llevaría cinco en total en su vida artística).
Pero sorprendentemente, el ‘Himno Disco’ no fue Last Dance. La Summer para consolidarse como la máxima figura o pionera en el Disco y el Dance, dejó su huella más imborrable con el máximo símbolo Disco: Hot Stuff (Ritmo caliente)
Hace tres años (17 de mayo de 2012) se fue casi en silencio Ladonna Adriane Gaines (su nombre real) después de convertirse en al ‘Súper-reina Disco’, sin duda. Oficialmente fue por un terrible cáncer, nunca se supo si de mama o de pulmón. Su huella musical es gigante y alguna de sus canciones se ubica entre las 100 mejores de todos los tiempos.
Este es un resumen de su historia y de sus mejores momentos musicales: