Luz Ángela Lizarazo
Dentro de las iniciativas interesantes que tiene el campo cultural están las expediciones que organiza la Fundación Alzate Avendaño. Para la exposición Hexágono Irregular, arte colombiano en residencia que busca internacionalizar el arte colombiano junto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, se contó con la curaduría de José Roca. En esta exposición se muestran los resultados de casi todos los artistas que viajan y se apropian de un mundo para recrear la realidad en sus obras. Por ejemplo, Luz Ángela Lizarazo (Bogotá 1966), que es una artista de primera línea en su generación, viajó a Vietnam y a Singapur y nos muestra con enorme fuerza la sutileza de una imagen con la condición femenina de que el pájaro por su cola no puede volar. Para ello hace instalaciones donde pájaros de porcelana arrastran colas de ornamento. Aunque no nos perturba la idea que una de las largas colas haya sido hecha en cobre —cosa que ya lo hizo Tunga, el artista brasileño en los años 90— el resto del trabajo es genial y coherente. Teje pájaros en hilo, en bordado de alambre, en collage, en láminas de las que se apropia mientras la incorpora en su propia otra alternativa a su trabajo que ha estado relacionado con las formas de las rejas de las casas de los barrios marginales de Bogotá. Otra parte de su obra, que también tiene acento brasileño, son videos de dibujos en arroz para que las palomas lo desarmen y se lo coman o dibujos en canela.
Buenísima también es la obra de Johanna Calle (Bogotá 1965), otra artista maravillosa de la misma generación, que ha realizado un trabajo interesante sobre la composición y la descomposición de la imagen en el dibujo, quien viajó a Vietnam, que hace obras sutiles y bellas de árboles escritos en pequeños recortes de frases y letras que van siendo también tronco, ramas y hojas, son las crónicas callejeras de sus diarios donde la guerra de Ho Chi Min tiene testigos de militares en fotos viejas que ella interviene, muy cronológicamente, se viven sus días y se plasman sus experiencias de Oriente porque ella, como su trabajo, es minucioso y estrictamente calculado.
Johanna Calle
El collage es uno de sus argumentos porque la tipografía es parte de su crónica donde recorre mundos como es la presencia de lo que fue colonia francesa y que en su arquitectura dejó los vestigios arquitectónicos, con los bunkers de la oposición militar que, fue la herramienta más útil para el su triunfo de su guerra contra los Estados Unidos. Después aparecen una serie de jaulas aplanadas, que se pueden leer como objeto-dibujo.
No tan interesante me resultó la obra de Delcy Morelos (Tierra Alta, 1967) quien fue a Fez y a Rabat y, como lo hace siempre, pinta y piensa en el color de la piel, o las pulsiones del cuerpo. Su reflexión en la galería son unas telas en el suelo que le quitan fuerza a la pintura y queda con la suerte que parecen tapetes superpuestos y las otras son cintas pegadas con formas arbitrarias que cuelgan de la pared. Obras color piel o tierra que tienen su arquitectura propia y seguramente, la artista busca la tradición de los pigmentos.
Delcy Morelos
María José Arjona (Bogotá,1973) que es buena en su mundo del performance hizo una obra sonora en la que uno medio oye unos ruidos poco reconocibles con un vaso en la pared, y Mateo López ( Bogotá, 1978) muestra dibujitos bien hechos. Nada nuevo y menos interesante.
