A raíz de la nota 'Cuatro intelectuales que no se avergüenzan de ser conservadores', el columnista Andrés Óliver Ucrós y Licht quiso completar la información con estos tres intelectuales, que además son Uribistas.
1. Rodolfo R. Llinás, con dos doctorados, neurocientífico, quien se ha declarado uribista a ultranza en algunas entrevistas;
2. Hernán Torres, Ph.D., tío de Paloma Valencia, fundador del programa de Antropología de la Universidad del Cauca, investigador de archivos históricos, políglota y poeta;
3. Andrés Castrillón Muñoz, Ph.D., decano de la Facultad de Ciencias Contables, Económicas y Administrativas de la Universidad del Cauca, autor de los proyectos más audaces en materia turística del sur del país, sobrino de Diego Castrillón Arboleda (F.), célebre historiador y antropólogo honoris causa payanés (también declarado uribista).
Puedo afirmarle que ninguno de ellos es mala persona o sustenta un modelo de país fascista con las ideas por las que brilla, pero sorprende especialmente el nombre de Hernán Torres, Ph.D., hijo del expresidente Guillermo Valencia y sobrino del comunista Álvaro Pío Valencia dentro de la lista.
Aunque ya lo dijo Ortega y Gasset, la política se basa en creencias no en ideas. Y ahí tiene uno a Gabo respaldando a Fidel Castro; a Martín Heidegger, defendiendo a Hitler; a Panero Torbado escribiendo su “Canto Personal” contra el “Canto General” de Neruda para congraciarse con Franco; a Rafael Ramón Castellanos, vitoreando a Chávez; y a Vargas Llosa, cediendo su lugar ante Fujimori en la segunda vuelta de las presidenciales, no por las encuestas ni los votos, sino porque también era de derechas. Procuraré ampliar este pequeño diccionario en mi próxima columna, donde ya había hablado sobre el tema:
Duélale a quien le duela: el diccionario del fanático político