Se cumple un año del resultado del plebiscito, en donde la sociedad civil protagonizó las movilizaciones y acciones en defensa de la paz más grandes de la historia de Colombia, debido a la indignación que generó el resultado del plebiscito. Que ganara el No en el plebiscito fue la oportunidad perfecta para que un amplio sector de la población se involucrara en lo que estaba pasando en nuestro país, pues para nadie es un secreto que quienes se movilizaron luego del 2 de octubre, no solo fueron personas que votaron por el sí, sino que también fueron personas que no votaron, pues no se sintieron conectadas con el proceso de paz.
Luego de un año del plebiscito, la movilización social en defensa de los acuerdos de paz se ha agotado, la marcha que se realizó en los primeros meses del presente año no fue tan masiva como se esperaba. Además, con el pasar del tiempo, poco a poco la sociedad civil se fue desconectando de la implementación de los acuerdos de paz, lo cual ha facilitado los micos que los congresistas le han metido a cada proyecto de paz en el Congreso.
Las elecciones legislativas se acercan, generando presión a los congresistas que desarrollan todo tipo de actos para mantener su curul en el próximo periodo legislativo, y esa presión ha ocasionado que haya fraccionamiento al interior de la unidad nacional, casi hasta su desintegración, viéndose afectada directamente la aprobación de los acuerdos de paz, tal y como se firmaron.
Cambio Radical es el partido político que más modificaciones se ha empeñado en hacer a los acuerdos de paz en el Congreso, poniendo en peligro la estabilidad de la implementación. Esto podría obedecer a la fidelidad que le deben demostrar los congresistas de Cambio Radical a su jefe máximo, el candidato presidencial German Vargas Lleras, quien a pesar de estar en proceso de aspirar a la presidencia por firmas, para nadie es un secreto que tiene pleno control e injerencia sobre dicho partido político. Y las posturas de Vargas Lleras sobre la paz se han ido vislumbrando poco a poco, afectando el trámite de aprobación de los acuerdos de paz en el Congreso. Adicionalmente, se debe tener en cuenta la afinidad política del Fiscal General de la Nación, Nestor Humberto Martínez con Cambio Radical, afinidad que podría explicar por qué el Fiscal Martínez le ha puesto tantas piedras en el camino a la aprobación de los acuerdos de paz en el Congreso.
La sociedad civil tiene el reto más difícil, revivir las expresiones espontaneas y ciudadanas posteriores al 2 de octubre, en defensa de los acuerdos de paz con las FARC, y en apoyo al proceso de paz con el ELN, puesto que pasó un año y el gobierno no tuvo la capacidad para garantizar la implementación de los acuerdos de paz sin modificaciones, tampoco pudo adecuar completamente las anteriormente llamadas zonas veredales, le quedó grande al gobierno llegar a las zonas que abandonaron las FARC, hacer presencia y llevar al Estado, éstas zonas ahora están en manos de grupos al margen de la ley.
En materia de sustitución de cultivos el gobierno ha impuesto la erradicación forzada, pasando por encima de los campesinos, sin cumplir lo pactado en los acuerdos de paz, y sin hacer la sustitución, y por el momento, el gobierno no puede garantizar la continuidad exitosa de la implementación de los acuerdos de paz, por la situación que ya expuse anteriormente, la coyuntura electoral y la posición de Cambio Radical.
En la audiencia pública sobre el balance del proceso de paz, citada por los congresistas: Ángela María Robledo, Alirio Uribe e Iván Cepeda, tanto el Gobierno como las FARC explicaron el balance de la implementación de los acuerdos de paz.
Es preocupante la información que denunciaron en dicha audiencia:
- Empezando porque no hay tierras para adelantar los proyectos productivos, no hay garantías socioeconómicas, no hay seguridad jurídica, el Fiscal no ha permitido que inicie la unidad especial contra el desmantelamiento del paramilitarismo, teniendo 15 mil compulsas de copias contra los mismos.
- Sólo se ha cumplido el 18% de los acuerdos de paz.
- Hay boicoteo a la ley estatutaria de la jurisdicción especial de paz, en donde el gobierno no garantiza las mayorías para su aprobación, y hay congresistas que aspiran a hundir la reforma política, limitando la democracia a unos pocos.
- La legalización de tierras de los campesinos no ha sido posible, y se ha impuesto la erradicación forzada de cultivos sobre la sustitución.
- Sobre la reincorporación, la ley de amnistía e indulto; hay 320 guerrilleros acreditados aún en prisión, 700 guerrilleros en la cárcel sin acreditación, de 540 guerrilleros trasladados a las zonas, sólo 140 han sido puestos en libertad condicional, hay decreto expedido por el presidente, pero hay excombatientes que no han sido incluidos y el gobierno no ha expedido los decretos individuales.
- Existe desfinanciación de los planes y programas del acuerdo final, el gobierno no quiere comprometerse con más del 0.7 del PIB.
- La personería jurídica del nuevo partido político de las FARC está en indefinición.
- La activación del acompañamiento internacional no se termina de activar.
- Hay 24 denuncias por asesinato de excombatientes y familiares de los mismos, ante los cuales el gobierno no ha hecho nada.
- Asesinaron a 127 líderes sociales el año pasado, la mayoría de estos asesinatos ocurrieron en zonas de presencia histórica de las FARC, estos homicidios fueron en su mayoría de defensores de derechos humanos.
- Hay 1949 excombatientes que no tienen cuenta bancaria, por lo cual no han podido recibir las asignaciones.
- En espacios territoriales, de zonas de capacitación y reincorporación se reporta la presencia de grupos ilegales, paramilitares y autodefensas gaitanistas.
- El asesinato de 13 miembros de las FARC y 11 familiares de los mismos, se presentan en zonas de capacitación y reincorporación.
- No hay claridad sobre el funcionamiento de la subdirección de la unidad nacional de protección, tampoco se han contratado a los excombatientes que ya hicieron los exámenes y cursos, para estar como escoltas de los miembros de las FARC, además no hay presupuesto para el pleno funcionamiento de la entidad.
Uno se pregunta qué nos depara el futuro para la paz, si lo vamos a lograr o no, si la coyuntura electoral afectará de manera determinante el resto de la implementación de los acuerdos de paz o no, si el próximo presidente que llegue continuará con la negociación en Quito entre el gobierno y el ELN, y si el gobierno podrá hacer algo para evitar el asesinato de los líderes sociales o no.
El futuro es incierto y la estabilidad de los acuerdos de paz también, como sociedad civil debemos activarnos otra vez, y ejercer la labor de veeduría y control, que muy pocas personas y movimientos han realizado.
Ante las adversidades y situaciones que ponen en riesgo la paz, hay que hacer una alianza entre la sociedad civil y la comunidad internacional garante del proceso de paz, ya que sólo así se podrá cambiar esta situación que estamos viviendo, pues los políticos no quieren respetar los acuerdos de paz y el gobierno plantea que no puede garantizar los votos para la implementación de los acuerdos en el Congreso.
Esto que escribo no quiero que sea tomado como algo negativo o de pesimismo, pero sí quiero que lo tomen como una alerta y una oportunidad para volvernos a unir, para actuar en conjunto, como varias veces lo hicimos en las movilizaciones y acciones de paz, posteriores al 2 de octubre. En nuestras manos está que algo suceda y cambie el rumbo que lleva la paz, no debemos dar el brazo a torcer, tenemos un compromiso con Colombia, con las nuevas generaciones y con el mundo.
Por el momento, desafortunadamente para mí no hay nada que celebrar, la paz está en peligro, siguen asesinando a líderes sociales, los indultos y amnistías para los excombatientes de las FARC aún no se han dado en su totalidad, el proceso de paz con el ELN no tiene la suficiente fuerza, ni el apoyo que si tuvo el de las FARC.
La fecha del 2 de octubre, sí, fue bonita por la movilización social que generó, pero por ahora como va la paz, lo que debemos hacer en vez de celebrar, como si fuera un cumpleaños, es reorganizarnos como sociedad civil, actuar en equipo y en conjunto para salvar la estabilidad de los acuerdos de paz con las FARC, y garantizar la continuidad del proceso de paz con el ELN, la paz completa se nos presenta por primera vez, y no la podemos desaprovechar, recordemos que recientemente entró en vigencia el cese al fuego bilateral temporal.