La decisión del superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, de intervenir forzosamente a Sanitas, la segunda EPS más grande del país, a comienzos de abril le cayó como un balde de agua fría al multimillonario español Joseba Grajales, quien tiene la propiedad de la entidad a través de Keralty, quien factura con ella cerca de $ 8 billones anuales y quien tuvo que salir de la Junta Directiva y ver cómo se derrumbaba el negocio que comenzó en 2013 cuando tomó el control de Colsanitas.
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Grajales salió rápidamente a enviarle un mensaje en video a los colaboradores de la EPS calificando la intervención como injusta y asegurándoles que iba a trabajar duro por revertir la situación. Algo que cumplió, puesto que también se puso manos a la obra para armar con sus abogados una estrategia jurídica para demandar al Estado y particularmente al superintendente Leal, proceso que sigue en curso.
Entre tanto, con el propio Leal destapando presuntos gastos injustificados en la entidad, el vasco que amasó su fortuna en el negocio de la energía y no en el de la salud no se ha quedado quieto, puesto que sigue haciendo crecer el emporio de Keralty.
El nuevo proyecto del dueño de la EPS Sanitas es llevarle salud al otro lado del mundo
Usando su vena de negociante, por medio de su Keralty S.A.S., logró armar una sociedad con Burjeel Holdings, una compañía de Emiratos Árabes Unidos, con la que buscan mejorar la atención sanitaria en Oriente Medio y en África. Todo por medio de una nueva empresa a la que bautizaron Al Kalma.
De esta manera, el empresario comienza a mirar hacia nuevos horizontes, aunque eso sí, todavía no suelta a Colombia, ya que el acuerdo con los árabes fue firmado en Cartagena y estuvo presente Mohammed Abdullah bin Khater, el embajador de Emiratos Árabes Unidos en Colombia.